Relaciones intrafamiliares (incesto), (parte I) | ||||||||
Ahora soy un maldito de los dioses, hijo de madre impura y esposo de mi madre". “Edipo Reyâ€, Sófocles • Laura, 45 años: Mi abuelo abusó sexualmente de mÃ. Actualmente tengo una pareja heterosexual y no tengo dificultades de origen sexual, pero soy muy depresiva: ¿este abuso puede haber tenido que ver? • Ricardo, 24: mi hermana y yo nos atraemos sexualmente, sé que está mal pero tanto ella como yo nos gustamos; si ambos deseamos hacer el amor ¿aun asà es malo? Ambos somos mayores de edad. • Nilda, 62 años: Mi padre me violó cuando yo tenÃa 17 años y me forzó a hacerlo durante muchos años. Yo tengo que confesarles que en ocasiones gozaba y llegaba al orgasmo. Estoy casada, con dos hijos grandes y soy abuela. A pesar de todo no le guardo rencor a mi padre. • Gloria, 27 años: Un dÃa que mi padre me llevaba al campo me violó y a raÃz de eso mis padres se pelearon. Nunca volvió a repetir eso, pero desde entonces no pude sentir excitación sexual. ¿Existe algún tratamiento? • MarÃa del Rosario, 32 años: A las personas que cometen incesto habrÃa que castigarlas con la ley, es una degradación de todos los principios elementales. Sólo Dios puede perdonar tal acto criminal. • Gladys, 30 años: Los abuelos o tÃos que toquetean o intentan abusar de los nietos o sobrinos ¿tienen rasgos demenciales? • MarÃa del Carmen, 36 años: ¿El matrimonio entre primos hermanos es una forma de incesto? ¿Puede traer problemas en la descendencia? • Laura, 25: He follado con mi padre, ¿si se lo digo a mi madre me dirá algo? El término incesto refiere a las relaciones sexuales entre personas pertenecientes a una misma rama o tronco familiar, parentesco que se define en relación a los lazos consanguÃneos. Etimológicamente deriva del latÃn "incestus" (mancillado, impuro). Cuando se escucha esta palabra de inmediato nos imaginamos que se refiere a la relación entre padres e hijos o entre hermanos; también es una convención cultural ya que, bajo la denominación de incesto, se han incluido parentescos hasta en séptimo grado. La extensión de esta práctica no resulta tan infrecuente como se podrÃa pensar, por el contrario, las cifras estadÃsticas recogidas en Europa muestran, por ejemplo en Alemania que, de 150.000 casos de violaciones y abusos sexuales denunciados anualmente un 37 por ciento de los mismos es producido por padres o tÃos de las vÃctimas, algo similar ocurre en los Estados Unidos.
Según John Money esta modalidad erótica “además de tener que ver con un relajamiento de controles en las sociedades de costumbres más liberadas, se da en los casos de separación de los padres cuando el menor vive con uno solo de los progenitores, esta forma de intimidad, generalmente reprimida por el control que ejerce el otro progenitor, facilita el incesto". En nuestro medio latinoamericano el fenómeno también se relaciona con la marginalidad, el aislamiento, la promiscuidad, la miseria y el alcoholismo de los padres, que actúa como facilitador del descontrol y la violencia. Como hecho social está presente desde el mismo inicio de la cultura: Levi-Strauss considera que la prohibición del incesto determina el paso del estado de la naturaleza al estado de la cultura, sostiene que es el procedimiento fundamental gracias al cual y por el cual se logra pasar de la animalidad a la cultura. Para Marcuse esta prohibición nos cierra el paso hacia nuestra verdadera naturaleza: la perversidad polimorfa. Lo cierto es que el tabú del incesto se extiende a lo largo y lo ancho de la historia de todas las culturas y civilizaciones imponiendo su ley represiva. En todos los tiempos ha habido transgresiones, como lo registra el arte y la historia (recordemos a Edipo, al rey Cambises, a Lot y sus hijas, los faraones egipcios, los Incas). Este horror frente al incesto manifestado en los pueblos primitivos, y que variaba en el grado de la prohibición (a veces era con la cuñada; otras veces con los padres y no con los hermanos, o entre la suegra y el yerno), revela por un lado la existencia de un deseo muy poderoso que debe ser controlado y por el otro la existencia de una conciencia social preparada para ejercer ese control. Si no existiera ese deseo tan fuerte evidentemente no hubiese sido necesario prohibirlo. Bien dice Levi-Strauss que “el psicoanálisis descubre un fenómeno universal no en la revulsión frente a las relaciones incestuosas sino, por el contrario, en su búsquedaâ€. Uno de los pilares fundamentales en la teorÃa freudiana es el complejo de Edipo, que se origina en sutiles e intrincados mecanismos donde hay un permanente interjuego entre deseos incestuosos y prohibiciones que emanan del mismo. En última instancia para Freud la prohibición del incesto les permite a los hijos acceder carnalmente a otra mujer o varón que no sean los propios progenitores.
"Me fui a mi cuarto, envenenada. Soplaba incesante el mistral, seco y cálido. Asà llevaba dÃas, desde que llegué. Destrozaba mis nervios. No pensé en nada. Me sentÃa dividida, esa división me mataba, la lucha por sentir la alegrÃa, una alegrÃa inalcanzable. La irrealidad opresiva. De nuevo la vida retrocediendo, eludiéndome. TenÃa al hombre que amaba en mis pensamientos; lo tenÃa en mis brazos, en mi cuerpo. El hombre que busqué por todo el mundo, que marcó mi niñez y me perseguÃa. HabÃa amado fragmentos de él en otros hombres: la brillantez de John, la compasión de Allendy, las abstracciones de Artaud, la fuerza creativa y el dinamismo de Henry. ¡Y el todo estaba allÃ, tan bello de cara y cuerpo, tan ardiente, con una mayor fuerza, todo unificado, sintetizado, más brillante, más abstracto, con mayor fuerza y sensualidad! Este amor de hombre, por las semejanzas entre nosotros, por la relación de sangre, atrofiaba mi alegrÃa. Y de este modo, la vida hacÃa conmigo su viejo truco de disolución, de pérdida de lo palpable, de lo normal. Soplaba el viento mistral y se destruÃan las formas y los sabores. El esperma era un veneno, un amor que era venenoâ€.
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