A DIECIOCHO AÑOS DEL SILDENAFIL


A 18 AÑOS DEL SILDENAFIL








En 1998 se presentó la medicación oral para la disfunción eréctil conocida en todo el mundo como Viagra (citrato de sildenafil).

A pesar de la conmoción que trajo, tanto en el ámbito profesional como mediático y popular, en un primer momento las ventas no fueron las esperadas y la aceptación por parte de los pacientes era con cierto temor y reticencia.

El desconocimiento del médico general y de muchos especialistas también hacía lo suyo. En mi calidad de médico psiquiatra y sexólogo clínico debo decir, que el sildenafil es un medicamento que, tanto en las etapas de investigación como en el uso clínico, ha demostrado una alta eficacia (la respuesta en los pacientes es notable) con pocos efectos colaterales.

Remarco que es un medicamento para una condición médica y psicológica específica: la disfunción eréctil, aunque actualmente hay personas que lo usan para mejorar su rendimiento sexual. También ha sido estudiado su uso en mujeres y es utilizado en cuadros de insuficiencia pulmonar (en la hipertensión pulmonar se dan dosis de 300mg). Por eso es que los jugadores de fútbol cuando van a La Paz (Bolivia) o a Quito (Ecuador) toman comprimidos  de sildenafil.

En aquel entonces comenzaron a circular frases hechas como: "afecta al corazón y a la vista", "se quedaron ciegos... se mueren al usarlo", "los ancianos lo van a tomar y correrán riesgos", "va a dejar a la esposa para irse con varias mujeres o con una más joven"; de tal manera que la escena deseable se convertía, para ambos miembros de la pareja, también en la más temida.




Aún hoy, en 2016, hay pacientes que nos preguntan si “les hará mal al corazón” o creen que no lo pueden tomar “porque son hipertensos”. 


Las falsas creencias sobre los problemas inducidos por el medicamento se instauraron, en ese entonces, en el imaginario social pero hizo pensar que, entre la disfunción eréctil y su resolución, deberían mediar algunos pasos indispensables y sucesivos: animarse a pedir la consulta sexológica , ir a la misma (de la decisión a la concurrencia muchas veces dista un largo lapso), pasar por la ineludible e insoslayable etapa diagnóstica (¿por qué iría a ser distinta que en otras consultas?) para luego tener que pasar por otra escena temida: ir a la farmacia y vencer el pudor de comprar, receta mediante, el sildenafil.

Es frecuente escuchar a pacientes que nos dicen: "yo no voy a comprarlo sin que me hayan estudiado las causas de mi impotencia", lo que habla que muchos quieren "hacer las cosas bien". Lo primero en Medicina es diagnosticar y no medicar a ciegas.
Este proceso, vuelvo a repetirlo, como en otras especialidades médicas tuvo que llevar su necesario tiempo en oposición a la fantasía que el medicamento salía a la venta y el consumidor lo arrebataba irreflexivamente (no olvidemos que se usaron títulos como: “la píldora mágica” o “la pastilla de la felicidad”).

En el farmacéutico imperaban ciertos temores y, acostumbrados algunos a vender productos de venta bajo receta archivada sin la presentación de la misma (como es el caso de los antibióticos, que están en la misma lista), se encontraron que con este medicamento debían tener más precauciones, debido a la repercusión social del mismo.




En pocas palabras: creo que no se está actuando correctamente cuando se vende un remedio (incluso psicofármacos) sin la prescripción médica.
 



Desde el médico se presentaban varios niveles de conflicto: no saber cómo ni cuándo indagar sobre la vida sexual de sus pacientes sin aparecer como intrusivo, inoportuno o se lo sospeche de seductor, y sabemos que los pacientes no siempre refieren espontáneamente sus dificultades sexuales, por lo cual quedan sin diagnosticar; a veces tienen problemas con la temática (prejuicios, desconocimiento y falta de formación, valores y creencias, su propio pudor) y por eso no preguntan; los médicos no tenían armas tan eficaces, seguras y de sencillo uso para la disfunción eréctil como lo es el Sildenafil –y ahora el Tadalafilo y el Vardenafilo- ; tenían un cierto temor que el medicamento al cual, como con la patología, aún no conocían bien, trajera efectos secundarios severos o fatales, entonces prefirieron esperar a que su uso fuera más extendido y probado antes por los especialistas que dominaran el tema.

En mi opinión el uso racional de este novedoso y útil medicamento sorteó una etapa fundamental de la práctica médica: el correcto diagnóstico y la experimentación clínica, amplia y dilatada en el tiempo, luego de tener el conocimiento científico, y esto ya se ha conseguido.

Creo que fue el camino correcto para que este producto se impusiera en el tratamiento de la disfunción eréctil, que los varones viven con frustración, vergüenza y angustia, pero que, no obstante, prefieren en muchos casos sufrir en silencio a develarla frente a un profesional.
 
El sildenafil no es un afrodisíaco, no actúa en el cerebro ni en el corazón, sino en los cuerpos cavernosos del pene en presencia del deseo y del estímulo sexual; tiene -como todos los medicamentos- contraindicaciones (tal es el uso conjunto de nitritos y nitratos –un tipo de vasodilatadores coronarios-) y precauciones que hay que conocer y respetar, p. ej. en retinopatías; que muchas veces deberá asociarse a los tratamientos psico-sexológicos .



A dieciocho años de su aparición podemos decir que muchos de los fantasmas, prejuicios y falsas creencias fueron eliminados y hoy tanto los médicos como los pacientes saben mucho más del sildenafil. 



El citrato de Sildenafil se ha constituido en uno de los medicamentos más usados (en los últimos años aumentó sus ventas en la Argentina de una manera vertiginosa, tanto como en el resto del mundo); incluso ahora disponemos de variantes de este inhibidor de la 5-fosfodiesterasa, como el Tadalafilo con mayor duración (36hs) en cuanto a su efecto y el Vardenafilo con mayor rapidez y especificidad de acción.

También, en algunos casos estamos indicando en toma diaria de 25mg de Sildenafil o 5mg de tadalafilo, en lugar de la toma a demanda. Actualmente, las ventas en la Argentina, de todos los fármacos orales para la impotencia (Sildenafil, Vardenafilo y Tadalafilo) superaron los 30.000.000 de comprimidos en el año 2015.


CÁPSULA BLANDA DE SILDENAFIL


Solamente de Sildenafil se venden más de 10 comprimidos por segundo en los países donde está registrado. En Argentina es uno de los fármacos que más aumentaron las ventas.



También estamos usando planes de toma diaria de sildenafil 25 mgr o tadalafilo 5 mgr, sobre todo en operados de próstata, diabéticos o pacientes con problemas vasculares (disfunción endotelial). 



Ahora se están investigando formulaciones sublinguales e inhalatorias, fármacos de acción central (a nivel de los centros cerebrales), y también ha aparecido un fármaco específico para la Eyaculación precoz como la dapoxetina.

El Sildenafil es un medicamento que cambió la historia de la Farmacología y la Medicina, marcando un camino del cual no se volverá: el hecho de conocer el mecanismo íntimo de la erección y la acción específica del fármaco en el lugar específico, augura a los varones que no descuiden otros factores indispensables del erotismo -que no pasa sólo por las pastillas ni por sus partes genitales o por el falo erecto- una larga y satisfactoria vida sexual.
* DR. ADRIÁN SAPETTI, médico psiquiatra, psicoterapeuta, sexólogo clínico, director del Centro Médico Sexológico, Bs. As., Argentina, 4552-0389/ 4555-6865. Autor del “Nuevo manual de sexualidad masculina”, “SEXO: una camino hacia el placer compartido” (Ediciones LEA) y de â€œHISTORIAS DE AMOR Y DESAMOR”(Editorial PAIDÓS).



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