eyaculación precoz, "ante portas": una historia


Eyaculación precoz "Ante portas": Un historia sexual
Soy hijo único, cuando nací mi papá no fue al hospital a verme, ni tampoco ningún familiar, o sea que estaba solamente mi mamá. Cuando tuve uso de razón descubrí que dormía con mi mamá en la cama matrimonial y mi papá dormía solo, en una cama individual al lado, todos en una misma habitación. Yo dormía abrazado con mi mamá, siempre quería que ella me abrace. Esta situación duró aproximadamente hasta los 12 cuando ella decidió comprarme una cama y me fui a dormir al comedor. Mis padres siguieron durmiendo separados, hasta que en un determinado momento tiraron la cama matrimonial y compraron una cama de una plaza para mi mamá, o sea que a partir de ese momento, durmieron en el único dormitorio que poseía la casa, en camas separadas de una plaza y yo dormía en el comedor.

Alrededor de mis 18 construyeron una nueva habitación que pasó a ser mi dormitorio, que utilizo en la actualidad, esta habitación no tiene entrada independiente, para pasar a mi habitación tengo que pasar por el dormitorio de mis padres.
Cuando era pequeño encontraba al lado de la cama unos globitos con un líquido blanco, no sabía que eran, con el tiempo me fui dando cuenta de que mis padres tenían relaciones en la misma habitación en la cual yo estaba durmiendo. Recuerdo las siguientes sensaciones de mi niñez: me sacaba las remeras y me quedaba con el torso desnudo, también me descalzaba, no me sacaba los pantalones, el sentir mi torso desnudo me generaba una sensación de placer extraña. Soñaba que besaba a mis compañeras de escuela primaria. En realidad soñaba que miraba como besaba a mis compañeras de primaria, ubicándome en un lugar de espectador. Me las imaginaba con corpiño, pollera larga hasta los tobillos y descalzas, y eso me excitaba. También imaginaba poseyéndolas por atrás, por el ano, siempre vestidos de la manera que detallé, yo con los pantalones, y ellas con corpiño y pollera larga (al escribir estos recuerdos me estoy excitando).

Una vez estando en la cama con mi mamá, me abalancé sobre ella y le quise tocar los senos, y me rechazó. Nadie me había explicado lo que era "coger", yo lo escuchaba de mis compañeros y hacía mi propia composición de imagen. Yo pensaba que la vagina se encontraba atrás, en el ano. Un día mi papá dibujó una vagina en una muñeca y me dijo que por ahí se "cogía" a las mujeres. Eso a mí me shockeó, porque hasta ese momento pensaba que se "cogía" por atrás. A los 11 años un compañero me explicó qué era un preservativo. Otro me explicó qué era un "telo", pensaba que era un campo donde las parejas iban a hacer el amor, no sabía que significa "hotel" al revés. Un día empecé a frotarme los genitales instintivamente y expulsé un líquido blanco, me asusté muchísimo, pero no le dije a mi mamá porque me dio vergüenza, experimenté mucho placer así que empecé a repetir esta experiencia con frecuencia. Un compañero me explicó que eso era "hacerse la paja".  Una amiga de una prima mía me mandó a decir que gustaba de mí y que quería ser mi novia, yo le dije que sí pero ni siquiera me le acerqué a darle un beso porque tenía miedo. Entonces esta chica se enojó y no me dio más bola. A los quince, conocí una chica muy "rápida", me animé a tocarle los senos, pero saqué la mano enseguida, y ella volvió a poner mi mano en sus senos, tardé más o menos una hora en darle un beso en la boca, porque tenía miedo de que me apoyara, en realidad tenía miedo de apoyar mi pene erecto en ella, me daba vergüenza. Y me besó muy desaforadamente, y me gustó. También a esa edad, apareció una prima mía, que era muy linda, dormía en una cama en el comedor al lado de la mía. Y a la noche me daba la mano. Ahora intuyo que a esta prima la invitaba mi mamá a que se quede porque pretendía que me iniciara con esta chica. Una noche me animé y le toqué los senos, me acerqué a la cama de ella, no me acosté, la besé y eyaculé, creo que esa fue mi primera experiencia de eyaculación precoz.

En quinto año de la secundaria me puse de novio, lo único que hacía con esta chica era lo que comúnmente se llama "apretar", no me generó las ganas de acostarme con ella.  Mi prima seguía quedándose en mi casa, por las noches le tocaba los senos y la vagina, y ella me agarraba el pene, pero no me acostaba en su cama, se ve que yo tenía miedo, una noche ella se acostó en mi cama, empecé a desvestirla, empezó a besarme el cuello y me excitó muchísimo, fue la primera vez que mis piernas tuvieron el contacto con las de una mujer en una cama, enseguida eyaculé sin llegar a sacarle la pollera y le dije que se fuera a su cama.  A los 20 iba a bailar, y en el boliche apreté con varias chicas, fue mi mejor época. No concreté ninguna relación estable, solamente apretar en el boliche, pero fuera de ahí, nada. Ya no me masturbaba.

A los 21 ingresé a un grupo de iglesia católica, me volví más retraído, me entristecí porque no conseguía novia, pero la contención del grupo me ayudó de alguna manera. Empecé a tratar a las chicas y a los chicos como si todos fuéramos de un único sexo, había dejado de masturbarme hacía tiempo, estaba contento porque ya no tenía ganas de hacerlo, y pensaba que el problema estaba superado, además no tenía contacto con ninguna mujer, ya que no las veía como tal, sino como "hermanas", y no como mujeres con las cuales podía iniciar una relación sentimental, había dejado de lado este tipo de relaciones y me había vuelto algo así como asexual. Fueron años en que negué mi sexualidad, además no la necesitaba ya que no me relacionaba con nadie. No veía películas ni revistas pornográficas, vivía feliz con mis padres, ayudaba económicamente en casa, no tenía ningún proyecto personal.

A los 29 empecé a navegar por Internet, empecé a recorrer páginas eróticas y a masturbarme nuevamente, luego de unos cuantos años que no lo hacía. Empecé a chatear, y a generar relaciones virtuales. Me abrí a las mujeres a través de la computadora, sin conocerlas personalmente. Hasta que salí con una, que me invitó a su departamento. La primera noche que estuve con ella, intenté tener relaciones, pero eyaculé antes de que pudiéramos desvestirnos. Después eyaculé nuevamente y ella se enojó mucho, porque se sintió frustrada. Después nos seguimos viendo, pero ella ya no quería ir al departamento. Así que en el auto de ella, con sólo besarla, eyaculaba. Hoy por hoy digo que me excitaba demasiado, casi como que busco esta excitación, poder eyacular precozmente me "salva" de la posibilidad de penetrar una mujer, ya que penetrarla me da mucho miedo, pero no sé a qué porque nunca penetré a nadie. Hay algo interno que me dice que penetrar a una mujer es peligroso para mí, es amenazante. Al masturbarme o al eyacular, me salvo del peligro de penetrar a una mujer.

Una chica muy bonita del grupo de iglesia, empezó a "tirarme los galgos", me escribió una carta. Me invitó a salir, pero no me animé a "hablarle", me dio miedo. Hoy lamento mucho haberme perdido esa chica. Luego apareció otra, que también vivía sola y tenía departamento, salíamos a la noche a tomar algo. Después la acompañaba hasta la puerta del departamento y me volvía, ni ella me invitaba a pasar ni yo le sugería que me invite a pasar. Esa relación se terminó pronto. A todo esto yo seguía viendo páginas eróticas en Internet y masturbándome.

A los 30 empecé a hacer terapia psicoanalítica, cuyo proceso continúo hasta la actualidad. Conocí otra chica, la primera vez que salimos fuimos a una plaza, ella permitía que la tocara por todos lados, lo cual me sorprendió gratamente. La segunda vez que salimos fuimos a la misma plaza. Le abrí la camisa y pude besarle los senos, ella se sentó arriba mío y empezó a sacudirse hasta que eyaculé, no me animé a invitarla a un hotel. Sorpresivamente me dejó, y no me dio explicaciones, de todas maneras nos seguimos viendo y presiento que puede suceder algo con ella, que está esperando culminar aquella experiencia que vivimos aquella vez, si bien no quiero ser infiel a mi novia actual. Esa fue la primera vez que sentí que podía tener relaciones, pero la eyaculación precoz me volvió a frustrar.

Mi masturbación fue incrementándose hasta llegar a hacerlo 3 veces seguidas, y con mucha violencia, con miedo de lastimarme el pene. Me gusta masturbarme, me gustan las fantasías que se generan cuando me masturbo, pero la sensación de frustración posterior es enorme; de un gran vacío y de una gran soledad. Hace unos meses estoy de novio, conformamos una relación estable, ella es la primera persona con la cual estuvimos desnudos en una cama, fue una experiencia hermosa para mí, estar abrazados desnudos y poder tocarla me hizo descubrir lo que es una mujer, no me surgió el querer penetrarla, porque me quedé fascinado con su desnudez y con el hecho de estar abrazados desnudos, y me hice las siguientes preguntas, ¿ella también se habrá sentido feliz?, porque ella ya tiene experiencia, y yo soy virgen, ¿se sentirá frustrada conmigo porque no la puedo penetrar?, la primera vez que decidí penetrarla, me puse los preservativos, y cuando apenas la penetré, eyaculé; me puse muy mal y ella me contuvo. Esta situación se repitió dos o tres veces hasta que me dijo que no se quería desnudar porque quedaba frustrada, la hacía excitar pero por causa de mi eyaculación precoz, no podía penetrarla y no quedaba satisfecha, esta situación sucedió aproximadamente hace un mes, y fue lo que me hizo tomar la determinación de tener una entrevista sexológica con Ud., para intentar resolver este problema. Sé que necesitamos tener relaciones sexuales satisfactorias, y responsables, también sé que ella no tiene un buen recuerdo de sus relaciones, dado que de las mismas se gestó un embarazo no deseado, entonces a partir de mi precocidad y de su resistencia a tener relaciones, cuesta mucho encontrarnos. Una vez viajando en el tren, ella empezó a acariciarme el pecho y el estómago, y eyaculé, sólo porque me acarició. Me da miedo el sólo mirar los albergues transitorios, o las propagandas de los mismos en los diarios.  En la última sesión terapéutica individual, surgió la hipótesis de una relación incestuosa con mi mamá, y a mí me surgía una imagen interna del útero de mi madre, creo que ahí esta la raíz de las dificultades que tengo. A partir de empezar el proceso con usted, empiezo a orientarme y a tranquilizarme, mi novia intuye que estoy resolviendo el tema si bien no lo charlé todavía con ella. Por ahora no pretendo intentar penetrarla, ni siquiera desnudarla, sé que me está esperando, confío en el proceso que inicio con Ud. y en la posibilidad de resolver mi problema.

Algunas fantasías:
  • A veces al tener el pene erecto tengo la fantasía de que me lo van a poner sobre un tronco y me lo van a cortar con un hacha.

  • Tengo la tendencia a irme hacia atrás, para esconder mi pene.

  • Cuando tengo erección, quiero eyacular enseguida, me incomoda tener erección, me siento como "un mono con navaja".

Un paciente, 35 años, julio 2002
Nota del Dr. Sapetti: al momento de editar este testimonio, el paciente -gracias a la Terapia Sexual ha podido consumar la penetración y no eyacula más "ante portas", han disminuido notablemente sus ansiedades fóbicas y castratorias, con lo cual el resultado terapéutico ha sido más que positivo, destacando que fue necesario medicarlo y que continúa con su tratamiento psicoanalítico.



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