Varón virgen, otro testimonio | |||
Nota del editor: en este crudo, angustioso y detallado relato, el lector describe minuciosamente su inicio sexual traumático, ante el sometimiento que produce excitación y goce; las dudas en cuanto a la identidad sexual, su presunta bisexualidad y su virginidad prolongada referida al coito con penetración. Creemos que es un paso de este joven en aras de encontrar en la sexualidad -lejos de una escena angustiosa- un espacio de placer y de enaltecimiento. Hola, tengo 26 años, y después de leer algunos de los relatos de varones vÃrgenes decidà contar mi historia.
Cuando era chico, alrededor de los 8 ó 9 años, mi madre trabajaba todo el dÃa, me dejaba con una tÃa para que me cuidara, asà podÃa trabajar tranquila ya que siempre he sido un desastre, no me quedaba tranquilo ni un rato. Era época de vacaciones, la pasaba muy bien allà con mis primos, él era mucho mayor, como dos o tres años más y ella tenÃa la misma edad que yo, aunque mi primo por ser más grande no siempre estaba, a veces salÃa a jugar con sus amigos del colegio, asà que pasaba más tiempo con mi prima; mi tÃa siempre estaba ocupada en la cocina. Primer encuentro. Como buen niño me entendÃa muy bien con mi prima, siempre jugábamos tranquilos, con mi primo era diferente, los juegos con él eran más fÃsicos, siempre lo molestaba, a pesar que él era mayor, le pegaba y salÃa corriendo. Un dÃa estábamos jugando, pero esta vez me dijo algo que no me habÃa dicho antes, “si no te quedas tranquilo te voy a poner un castigoâ€, no le hice caso, en ese momento estábamos jugando en el cuarto, de pronto me tiró al piso y se montó encima mÃo, yo estaba boca arriba y le podÃa ver la cara, me dijo de nuevo, te vas a quedar tranquilo, yo me reÃa, le dije, sà y qué me vas hacer, quieres que le diga a mi tÃa, con todo su peso encima no me podÃa mover, de pronto se volteó dándome la espalda y empezó a bajar el cierre de mi pantalón, me dijo te voy a castigar, me asusté mucho pero me quedé tranquilo para que me dejara en paz, pero siguió, terminó de bajar el cierre, desabotonó el pantalón, metió su mano debajo de mi ropa interior y empezó a masturbarme, yo no sabÃa qué hacer, de hecho en ese momento no sabÃa ni lo que era masturbarse, luego se oyeron ruidos, volvió a acomodar mi ropa y me dijo que si volvÃa a meterme con él volverÃa a pasar. Segundo encuentro. La segunda vez fue muy parecida a la primera, de igual manera se montó encima en un momento donde no lo esperaba, esperaba que no hubieran personas cerca para hacer de las suyas, en esta ocasión yo estaba más eufórico, no estaba dispuesto a que se metiera conmigo, pero me dijo algo que me petrificó: si sigues asà te lo voy hacer por detrás, de alguna forma pensé que no era bueno, pero dejé que sucediera, en esta oportunidad tuve una erección, era la primera vez que me pasaba, me dijo: sabÃa que te gustaba; esta vez duró más y sentà un cosquilleo que nunca habÃa sentido. Esto ocurrió en varias ocasiones.
Mi primo querÃa que yo le hiciera lo mismo, un dÃa estábamos jugando y empecé a pegarle y molestarlo para que me castigara a su manera, pero me dijo que si se lo tocaba me lo hacÃa a mÃ, asà que sacó sus genitales y me dijo que lo agarrara, torpemente toqué su pene, me dijo que lo debÃa tocar con suavidad y asà lo hice fue un breve lapso de tiempo, después me tocó una vez más. Cuarto encuentro. Mi prima era una niña muy linda, de hecho todavÃa lo es, nosotros jugábamos a las escondidas, un dÃa me dijo que habÃa escuchado de un juego que lo querÃa jugar conmigo y buscó una botella, lo que querÃa jugar era a la botellita, al que le tocaba el culo de la botella al darle vueltas, ponÃa una penitencia al otro; accedÃ, siempre me tocaba recibir la penitencia, en un principio las penitencias eran sencillas, busca esto a la cocina, mueve aquello en el baño, luego que le mostrara mis genitales, lo hice sin recelo, me tocó a mà y ella me mostraba los suyos, esto lo jugamos varias veces, nunca nos llegamos a tocar. Después de esto no dejaba de pensar en ella y querÃa verla, siempre trataba de esconderme para verla cambiarse, eso sólo llegó hasta ahÃ. Después de un tiempo me empecé a quedar en mi casa y no fui más a casa de mis primos, de hecho el contacto con ellos fue muy poco hasta hoy. De 10 o 11 años. Crecà en la ciudad, vivÃa en un edificio en el centro que tenÃa áreas verdes y una cancha, cuando salÃa de clase me iba a casa a jugar con mis amigos. Pasó algo con uno en particular que me hace recordarlo, este amigo vivÃa dos pisos más arriba y éramos muy unidos, siempre estábamos juntos, un dÃa me dijo por qué no Ãbamos al cine, su mamá le dijo que me invitara a un cine cercano. Quinto encuentro. Empezaron las propagandas y estábamos comiendo dulces, luego de un rato empezó la pelÃcula, me estaba divirtiendo, en medio de ella sentà que él movÃa su mano lentamente y fue justo a mis genitales apretándolos, después la quitó, quedé sorprendido y traté que lo hiciera nuevamente, lo hizo dos veces más, luego a la salida empecé a decirle que era raro, que le gustaba agarrar los genitales a otro hombre. La verdad me gustó que me tocara como cuando me tocaba mi primo. Esto no volvió a suceder, pensaba siempre en la posibilidad que volviera a pasar y buscaba situaciones pero nunca me atrevà a tocarlo, ni a decirle cuánto querÃa que ocurriera nuevamente. Sexto encuentro. Ya adolescente comencé a explorar mi cuerpo y logré masturbarme pensando en lo que me hacÃa mi primo, en mi prima y en mi amigo; estuve muy confundido de lo que sentÃa en ese tiempo, me preguntaba si una mujer me tocaba sentirÃa lo mismo, de hecho intenté ligar con algunas chicas para probar, pero nunca llegué ni siquiera a besarlas o acariciarlas, prácticamente me estanqué en el pensamiento, nunca he tenido una relación real con nadie. Por un tiempo me aparté de cualquier pensamiento sexual, me dediqué a estudiar, me gradué y comencé a trabajar, pasaba más horas en el trabajo de lo normal, trataba de asexuarme, de olvidar, pero esas cosas no se olvidan, siempre están presentes, escuché que hay que hablar para curar y hasta hace poco no estaba dispuesto a hacerlo. Ahora creo que soy bisexual, los eventos que ocurrieron en mi niñez me llevaron a esa conclusión, aunque no estoy seguro de eso, ya que me da terror tener una relación sexual homosexual, no me imagino, no sé si me atraen los varones de tanto que he pensado que me gustó que mi primo me tocara, y que sentÃa que era una gracia ver a mi prima desnuda. Me gustarÃa tener una familia, esa es otra fantasÃa que no escapa de mi cabeza.
R. C., 2004 Nota del editor: pueden leer como artÃculos complementarios: VARONES VÃRGENES, HISTORIA SEXUAL DE UN VARÓN VIRGEN, INICIACIÓN SEXUAL, FOBIAS SEXUALES, HOMOSEXUALIDAD, LA CONSULTA SEXOLÓGICA, TERAPIAS SEXUALES. |