LAMPORECCHIO, un relato del DECAMERÓN
DECAMERÓN, GIOVANNI BOCCACCIO
J. Waterhouse, “Decamerónâ€
La abadesa, andando sola por el jardÃn, encontró a Masetto, el cual, por la fatiga del mucho “cabalgar†por la noche, se habÃa tendido a dormir a la sombra de un árbol. Habiéndole el viento alzado las ropas, se encontraba todo él descubierto.
Mirándolo la mujer y hallándose sola, cayó en igual apetito que sus monjitas y, despertándolo, se lo llevó a su cámara, donde le tuvo varios dÃas, con gran desolación de las monjas al ver que su hortelano no salÃa a labrarles el huerto.
Escena del film “Decamerónâ€, de Pier Paolo Pasolini.
Y la abadesa probó y volvió a probar aquella dulzura que usualmente ante las otras solÃa censurar.
Lo mandó a su aposento y lo buscó otras veces, y como las demás le buscaban también, no pudiendo el hombre satisfacer a tantas monjas, una noche, estando con la abadesa, al separarse de ella, comenzó a decir:
“Señora, un gallo se basta para diez gallinas, pero ni aun diez hombres se bastan para satisfacer a una mujer, de suerte que a mà me toca servir a nueve. Aun con lo hecho, he venido a tal extremo, que ya no puedo hacer ni poco ni mucho, por lo que, o me dejas ir con Dios, o buscas otro remedio para este casoâ€.
Giovanni Boccaccio (1313-1375), “Lamporecchio†(Decamerón)
El Decamerón es un libro constituido por cien cuentos, algunos de ellos novelas cortas, terminado por Giovanni Boccaccio en 1351, cuyos temas giran alrededor del sexo, el amor y la fortuna.
Para engarzar estas cien historias, Boccaccio estableció un marco de referencia narrativo. Se inicia asà con una descripción de la peste bubónica (la epidemia que golpeó Florencia en 1348), lo que da motivo a que un grupo de siete jóvenes mujeres y tres hombres que huyen de la plaga se refugien en una villa en las afueras de Florencia. Para pasar el tiempo, cada miembro del grupo cuenta una historia por cada una de las diez noches que ellos pasan en la villa, lo que da nombre en griego al libro: Deca hemeron, “diez dÃasâ€. De esta manera se relatan las cien historias.
Cargadas de erotismo, picardÃa y una buena dosis de anticlericalismo, denota la hipocresÃa que hay detrás de las conductas sexofóbicas. Con humor nos cuenta situaciones profanas, de infidelidad, adulterio, intrigas, “avivadasâ€.
Giovanni Boccaccio, uno de los fundadores de la lengua italiana, aun hoy mantiene su irreverencia, su fresco erotismo, su vena satÃrica, como en el fragmento del cuento que transcribimos donde un joven jardinero, Masetto de Lamporecchio, se hace pasar por sordomudo para entrar en un convento de monjas y hacer el amor con las hermanas, la superiora incluida.