la testosterona


La testosterona
¿Para qué necesitamos los andrógenos?
La testosterona en el varón se produce en los testículos y la DHEA en las glándulas suprarrenales. Ambas son hormonas. Cuando un niño está creciendo en el útero los andrógenos que él mismo produce (andrógenos fetales) son los responsables del desarrollo de los órganos sexuales (pene, próstata, testículos) y es lo que los diferencia de las mujeres, al punto que si estos andrógenos fetales estuvieran bajos o ausentes el niño nacería genéticamente varón pero con ciertas características femeninas.
Durante la pubertad y a través de la adultez la testosterona es responsable de la producción espermática, de la respuesta sexual y de los caracteres masculinos; aumenta la excitación sexual, en el adolescente varón empieza a desarrollarse el crecimiento piloso (crecen pelos en las piernas y brazos, la barba y el pecho, y en la zona del pubis). Aumenta su masa muscular, la fortaleza ósea y la voz se vuelve más grave. Aumentan las erecciones y se producen eyaculaciones (incluso durmiendo).
¿Qué ocurre con la edad?
A medida que los varones envejecen, los niveles de testosterona y DHEA(dehidroepiandrosterona) decrecen, llegando a niveles bajos en sangre. A este estado se ha llamado “andropausia”.
Se calcula que, al menos, 5 millones de varones sufren de niveles anormales de testosterona (cuando caen a niveles marcados hablamos de hipogonadismo). Esto se puede detectar en jóvenes y en adultos tanto como en ancianos.
La gran mayoría de estos varones con niveles bajos de andrógenos no buscan tratamiento porque no conocen sus propios niveles o porque creen que eso “es parte de la vida”, al punto que aproximadamente sólo un 10% utiliza terapia sustitutiva.
Los síntomas más frecuentes en la baja del nivel de andrógenos pueden incluir:
  • Fatiga y cansancio
  • Irritabilidad (algunos describen el “síndrome del varón irritable”)
  • Disminución de la masa y el tono muscular
  • Aumento en los depósitos de tejido adiposo
  • Escaso desarrollo sexo-genital en la pubertad
  • Huesos quebradizos
  • Oligospermia (menor producción de esperma)
  • Sentimientos depresivos (tristeza, baja autoestima, desánimo)
  • Disminución del deseo sexual
  • Disfunción eréctil
  • Estos niveles se pueden evaluar por análisis de sangre.
  • Sólo el 10% de los llamados hipogonadismos buscan asistencia para ser tratados correctamente.
Los primeros métodos diagnósticos podrían ser:
  • Test de la testosterona, es de autoevaluación y lo podrán hacer en la sección Auto-tests, sólo tiene un valor orientativo
  • Examen médico
  • Análisis hormonales en sangre
  • Estudios específicos si el médico lo considerara
Metas del tratamiento
Cuando determinamos que los andrógenos están bajos se puede lograr con la terapia de reemplazo:
  • Mejora en cantidad y calidad de las erecciones
  • Aumento del deseo sexual (libido)
  • Mayor energía
  • Aumento de la masa muscular y huesos más fuertes
  • Mejoría del humor
Riesgos cuando se usa sin control
Se conocen bien sus riesgos, sobre todo cuando la hormona se aplica sin control. El riesgo hepático y el cáncer de próstata pueden estar relacionados con la testosterona. En los gimnasios se admite abiertamente el uso de compuestos vitamínicos, sustancias medicinales naturales e incluso de precursores de la testosterona que supuestamente estimulan la producción de esta hormona en el organismo, pero sabemos bien que se utilizan anabólicos hormonales sin control.
Varias tiendas especializadas comercializan estos productos vigorizantes, que además se pueden adquirir por Internet. También hay compañías norteamericanas on line que ofrecen testosterona pura. Como requisitos previos a la venta exigen un análisis médico que es practicado por un especialista en cada país asociado a la empresa. Con este informe y una posterior comprobación por un médico estadounidense, el fármaco estará en casa en 48 horas.
Varias clínicas en el mundo anuncian tratamientos que incluyen la hormona del crecimiento y la testosterona para recuperar el vigor perdido.Nosotros remarcamos su utilidad cuando los valores en sangre caen bajo los niveles de normalidad y hay síntomas clínicos que nos hacen suponer que el reemplazo o sustitución, bajo control médico periódico es necesario; p. ej.: conviene hacer controles de la próstata –por ello se aconseja un análisis de sangre llamado PSA (antígeno prostático específico)-, de lípidos en sangre y funcionamiento hepático.
Opciones terapéuticas (Terapia hormonal de reemplazo)
Por supuesto que las dosis serán evaluadas e indicadas por el médico tratante.
  • Testosterona oral (cápsulas)
  • Testosterona inyectable (cada 2 a 4 semanas, o trimestral)
  • Testosterona en parches, aplicados cada día (no disponible en Argentina)
  • Testosterona en gel transdérmico -se absorbe por piel- (Androlone en Argentina, Androgel en USA), aplicado cada día, en hombros o brazos o piel de abdomen
La ventaja del gel, que se aplica en la dermis, es que produce un nivel más parejo de la hormona en sangre, a diferencia de los inyectables que hacen picos más altos (suprafisiológicos) y luego desciende. Es la opción más recomendada de reemplazo hormonal en los varones.
La testosterona, sustancia biológica que producimos en nuestro organismo, pero que va mermando su tenor en sangre con el paso de los años, podría ser de utilidad en diversas condiciones médicas y también, usada con criterio y control, podría dar vida a los años contribuyendo a mejorar nuestra salud sexual.
En estos casos la terapia androgénica tiene una importante función para cumplir.



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