Debido a su importancia destacaré que los HPV (siglas tomadas de la denominación en inglés: Human Papilloma Virus) son, en realidad, un grupo de virus que se transmiten generalmente por vÃa sexual, aunque no es la única vÃa (puede ser en la pileta o por ropas). Producen un tipo de verrugas (papilomas) con localizaciones en piel, ano, genitales, cavidad oral, etc.
En los genitales femeninos se encuentra en labios mayores y menores, vagina y cuello del útero. En el varón en pene, glande, prepucio o uretra. Estas verruguitas son visibles con una lupa o microscopio, que en la mujer se llama colposcopÃa y en el varón penescopÃa: son estudios incruentos e indoloros. Muchas veces no se advierten sÃntomas de enfermedad y sólo se detecta por palpación en la higiene diaria, a veces por picazón, irritación o secreción, pero la mayorÃa se detectan por revisación médica, muchas veces por el Papanicolau (PAP). Este famoso método consiste en un suave e indoloro raspado del cuello uterino (cérvix) con una espátula roma, casi siempre de madera o vidrio, para obtener descamación celular. Este material de células del cuello se coloca sobre una placa de vidrio (portaobjeto) y se colorea para luego observarlo por microscopio con el método del cientÃfico Papanicolau, quien lo aplicó por primera vez. Cuando aparecen ciertas y caracterÃsticas células (koilocitos) en este estudio, pensamos que hay HPV. La importancia de este virus es que algunas de sus variedades se encuentran muy ligadas a la aparición de cáncer de cuello uterino. Pero que quede en claro que esto no significa que sean la única causa, ni la principal, del cáncer sino que son indicadores o co-factores de riesgo, a ser tenidos en cuenta. O sea que si en un examen ginecológico se detecta la presencia de lesiones por HPV y particularmente de algunas cepas de este virus (lo que se puede diferenciar por estudios de laboratorio) hay que tratarlo a la brevedad: este puede ser quirúrgico (incluyendo cauterización, criocirugÃa - por frÃo- o con rayo laser) o con el uso de quimioterápicos o medicamentos inmunológicos. En el varón el tratamiento suele ser similar. Para la prevención del contagio o cuando se sabe que uno de los miembros de la pareja lo padece, se recomienda el profiláctico.