El coito anal |
A través de preguntas hechas en sexovida.com, -algunas de las cuales he contestado en Consultorio-, quisiera aclarar algo sobre este punto. En mi libro "Sexualidad en la pareja"(Sapetti - Rosenzvaig, Editorial Galerna, 1987) consignaba otras consultas hechas a través de la radio o correo de lectores:
UN POCO DE HISTORIA Se solía llamar "sodomía" (palabra derivada de Sodoma, ciudad mítica que, junto a Gomorra, según la Biblia, fue destruida por Jehová debido a sus desenfrenos sexuales -incluso hay un libro del marqués de Sade llamado "Los 120 días de Sodoma"-) o "contra natura", dado que era considerado como natural sólo aquello que tenía fines reproductivos. Todo lo que se salía de esos cánones era visto como pecaminoso; por ejemplo se decía que los pactos con el demonio se sellaban con un coito anal o beso en las nalgas. La masturbación corrió una suerte parecida. Llama la atención que distintos países atribuían a sus vecinos esta práctica como si fuera algo ajeno y extraño: así los franceses hablaban del "vicio inglés" y los ingleses del "vicio francés", y los árabes del "vicio persa" y viceversa. En muchas situaciones se usaba esta práctica para preservar -hipócritamente- la virginidad y evitar embarazos indeseados. Además del Marqués de Sade, muchos autores como Bocaccio, Chaucer, Petronio o Rabelais han descripto este tipo de prácticas en sus inolvidables obras. Hoy no se acepta el término de antinatural ni el de contra natura para las prácticas con penetración anal (digital o peneana), viéndolas como un juego erótico o variante sexual. CUIDADOS A TENER EN CUENTA Haré mención de los recaudos que se deben tener en este tipo de juego erótico:
ALGUNOS MITOS Y VERDADES Si un varón exige a toda costa mantener relaciones anales, a pesar que a su compañera no le guste o, francamente, le disguste, no podríamos tildarlo de homosexual, pero sí que no respeta los deseos de su mujer. El coito anal no produce esterilidad en el varón pero se han descripto uretritis por el contacto con las bacterias del intestino. Lo que sí sabemos es que, la vía rectal, en mayor proporción que la vaginal, es una accesible puerta de entrada para los virus (HIV, Hepatitis). El orgasmo de la mujer por la penetración anal en principio no se lograría de no mediar una estimulación clitorídea, ya sea con la mano o por frotamiento contra la cama; aunque hay mujeres que logran el clímax por estimulación de la mamas o con fantasías hasta llegar al orgasmo. Pero lo más frecuente es que no prefieran aquella vía para obtener el orgasmo. Alguien decía, tal vez un filósofo popular, que "es la prenda que todos los varones piden pero pocas mujeres conceden". Los varones llegan al orgasmo con penetración anal debido a que suelen realizar un estímulo manual genital (ellos mismos o sus compañeros/as ) o frotándose contra la cama. Además el pene o el dedo, a través de la pared del recto, estimularía la próstata y se ha hablado que, en los varones, también existiría un Punto G situado cerca de la uretra pero, en realidad, se está hablando de la región prostática, a la que no es fácil acceder pues hay que realizar la introducción anal digital y tocar la próstata a través de las paredes del recto, cosa que a muchos varones les molesta o rechazan francamente. Hay quien describe mayor excitación con la estimulación y masaje de este punto con más rápida erección y mayor intensidad en la respuesta orgásmica con un eyaculado de chorro continuo y vigoroso. Hay muchas parejas heterosexuales que utilizan la práctica de introducirse mutuamente los dedos (incluso algunos llegan a usar falos artificiales) en el ano, en forma suave y con uñas cortas: esto puede resultar excitante ya que es una importante zona erógena, y no es "algo de homosexuales" ya que el homoerotismo no se define por una práctica sino por la elección de objeto sexual (pensado en términos freudianos) que se lleva a cabo: sería una variación dentro del acto amoroso heterosexual. Por último también podemos decir que las prácticas anales no son obligatorias ni podemos decir que "quienes no las hacen son unos reprimidos": también se puede llevar una vida sexual muy satisfactoria sin mantener relaciones anales. Dr. Adrián Sapetti Centro Médico de Sexología |