Tadalafilo, algunas preguntas frecuentes (Parte II) | ||
R: Si pensamos que un afrodisÃaco (nombre que proviene de la diosa Afrodita) es una sustancia que provocarÃa directa y francamente el deseo sexual tengo que decir que no lo es. Ahora bien, si un varón, gracias al Sildenafil o al Tadalafilo, mejora su función sexual alterada por una dificultad erectiva, también vamos a ver que mejora, indirectamente, su deseo sexual, elevando su autoestima. Un paciente me decÃa: "siento que soy hombre de nuevo, siento que tengo un pene". En este sentido podrÃa dar mayor confianza y seguridad, aumentando los niveles de excitación y deseo sexual por vÃa indirecta. P: ¿Aumenta el deseo y la excitación? R: Esto se conecta con la afirmación anterior: el varón va a necesitar iniciar su respuesta sexual de estimulación y excitación para que haga efecto. Pero también hay varones que ganan confianza con su uso y, al no fracasar, aumentan sus ganas y el deseo de mantener relaciones sexuales, que antes evitaban. Un colega de New York, el Dr. Michael Perelman - con el cual acordamos- sostenÃa, hablando del sildenafil, que puede incrementar el deseo sexual cuando la disminución del mismo se debe a:
R: Actúa sobre el mecanismo erectivo y no sobre la eyaculación ni el orgasmo. Ahora bien, si por efecto de que puede mantener un encuentro más prolongado con su pareja por esta vÃa, quizás, pueda tener más orgasmos, pero no es consecuencia directa del Tadalafilo. P: ¿Perjudica al corazón? R: No tiene acción en el músculo cardÃaco (miocardio) sino en los cuerpos cavernosos del pene, y en forma leve y pasajera en el lecho vascular periférico. Este mito se ha construido sobre un malentendido: la contraindicación del Sildenafil y del Tadalafilo no es con las afecciones cardiovasculares sino con el uso conjunto de nitritos o nitratos orgánicos (en parches o sublinguales) que actúan como vasodilatadores coronarios, especialmente en esos pacientes que tienen dolor en el pecho cuando hacen un esfuerzo (“angina de pechoâ€) . Repito que el uso conjunto con estos medicamentos está contraindicado porque puede acentuar efectos hipotensores (o sea bajar la presión arterial). El Tadalafilo se puede usar en algunos pacientes cardÃacos o hipertensos salvo que el coito esté contraindicado por el esfuerzo en sà mismo (el equivalente en el gasto cardÃaco de un coito es subir dos pisos por escalera a paso rápido), pero esto es con o sin Tadalafilo. P: ¿El Cialis puede tomarlo una persona con presión alta? R: Los hipertensos Sà lo pueden tomar. Más aún: es uno de los grupos de pacientes que más se estudiaron y que más beneficios logran cuando, padeciendo una impotencia, usan el Tadalafilo. Su uso con medicaciones como los betabloqueantes, la amlodipina o la nifedipina no está contraindicado. P: ¿Lo pueden tomar los diabéticos? R: Los diabéticos, tanto los insulino-dependientes como los que toman antidiabéticos orales, suelen ser pacientes que sufren de disfunción eréctil (la diabetes es una de las causas orgánicas que más afectan). El Tadalafilo puede ser de gran utilidad junto al tratamiento especÃfico de la enfermedad. P: ¿Crea adicción? R: Falso. Esto es algo que escucho decir muy seguido y por diversas personas, incluso profesionales. No crea hábito ni adicción. Más aún: en el trabajo que presenté en el Congreso Mundial de SexologÃa de Hong Kong (1999) - al cual le fue otorgado el Primer premio a la mejor presentación clÃnica- se demostraba –en ese caso con el Viagra- que un muchos de los pacientes con impotencia psicológica dejaban de usarlo cuando veÃan restituida su función erectiva con la ayuda de las Terapias Sexológicas, con el Tadalafilo ocurre algo similar. P: ¿Es cierto que no conviene que la pareja sepa que el varón lo toma ya que esto no es bueno para él? R: Creo que, muchas veces, si la pareja lo acepta puede ser de gran ayuda en el tratamiento. Ahora bien, en otros casos, hay mujeres que no aceptan que su compañero pueda usarlo: entonces, evidentemente, estos prefieren ocultárselo, pero no es la situación ideal. No obstante lo que sà es cierto es que muchos varones, por temor, machismo o vergüenza, prefieren no develarlo frente a sus parejas.
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