La sexualidad de los separados |
El momento de la separación, aunque ésta haya sido deseada, siempre es traumático: son muchos los cambios internos y externos a los que la persona se ve sometida. Si vemos la Escala de Evaluación de estrés la separación matrimonial se encuentra ubicada en segundo lugar. Cambia el entorno, la relación con los vecinos, con los amigos y los hijos, acecha el fenómeno de la soledad y "el volver a empezar", pero también quedan el dolor por el fracaso, el temor a no volver a formar pareja y el reinicio de la vida sexual. En esto no hay reglas y sà infinitas variaciones. El primer dato a tener en cuenta es cómo fue la vida sexual de esa pareja que se deshizo porque eso también condiciona: si era relativamente satisfactoria quedará una cierta nostalgia con la añoranza de los códigos comunes y los placeres vividos entrando, muchas veces, en colisión con nuevas relaciones que se puedan encarar. Volver a empezar Un paciente me consultó por una disfunción erectiva situacional que se le presentaba con una mujer separada, me referÃa que ella le decÃa que "como el ex-marido nadie la habÃa satisfecho porque habÃa sido un gran amante". Él pensaba: "¿qué tendré que hacer yo para satisfacerla?", entrando en competencia con el amante idealizado y en una batalla en la cual terminó derrotado. Para estos divorciados el "amante perfecto que él/ella era" siempre será un referente con el cual comparar y, como en todos los casos que uno compara, una cosa es hacerlo con algo que andaba mal y una muy distinto hacerlo con lo que iba bien. DeberÃamos hablar de una cierta fantasÃa popular que nos dice que todos los que se separan es "porque se llevaban mal en la cama". Esto no es cierto ya que vemos parejas que se separan a pesar de tener muy buenas relaciones eróticas y otras que permanecen juntas a pesar de que sean insatisfactorias o incluso no tenerlas. En los primeros, y si el fin de la pareja no ha sido tormentoso, muchas veces, luego del divorcio se transita por una etapa idÃlica. Incluso con el estÃmulo -explÃcito o no- de la aparición de terceros o cuartos, aunque esta situación sea imaginaria (recordemos el excelente y póstumo film de Stanley Kubrick: Eyes wide shut), funcionando como un ingrediente erótico; amén del adiós transitorio de la cotidianeidad y la rutina: ambos se preparan bien para los encuentros y se esperan como dos novios recientes. Una paciente me decÃa: "ahora que nos separamos, cuando nos encontramos, mi esposo viene vestido como nunca antes, se perfuma con fragancias importadas y me trae regalos... cuando convivÃamos ni una flor me habÃa regalado". De estas situaciones a veces se recompone el vÃnculo, otras veces quedan como amantes por un tiempo o se llega a la separación final. Cuando la separación se da en una pareja que fue desgraciada en su vida sexual o francamente disfuncional -entendido esto como que se padecieron un disfunción eréctil, eyaculación precoz, anorgasmia, falta de deseo, vaginismo, fobias sexuales o, mas simplemente, una falta de entendimiento o desvalorización- hay mucho temor a volver a fallar. Esto genera un miedo anticipatorio que puede a su vez engendrar nuevos fracasos, condicionando el devenir erótico-sexual de estos ex-cónyuges. El recuerdo de una vida insatisfactoria y disfuncional será una seria restricción para una posible vuelta, aunque hemos visto casos que han intentado una terapia sexual o de pareja y esto les permitió una recomposición del vÃnculo que, de otras maneras, quizás no hubiera sido posible. Una mirada sobre el varón separado Detengámonos en los varones: si son sexualmente inseguros, con baja autoestima, fóbicoso disfuncionales, sienten que tienen miedo a encarar por temor a fracasar, y asà evitan los encuentros eróticos. De estos varones las mujeres se quejan diciendo que "arrugan... son rajadores... mucha charla y cena pero no te tocan un pelo". Una mujer separada me decÃa: "hace dos meses que estoy saliendo con un divorciado, la pasamos muy bien, tenemos una quÃmica bárbara, pero de la cama ni me habla, creo que debe ser eyaculador precoz". Más allá de que ella hace una interpretación en el aire y que adopta un rol pasivo ("él me tiene que llevar...") se conjugan, en este caso, un pacto de silencio de no poder hablar de la dificultad y, posiblemente, una inseguridad sexual por parte del varón que, por razones que desconocemos, no se anima a realizar el coito con ella. Muchos de estos varones vienen desesperados a nuestro consultorio para que les demos "algo para poder funcionar" y por suerte para ellos hoy también disponemos de esa posibilidad, ya sea por medios farmacológicos o terapéuticos. En estos casos se les hace muy difÃcil retomar su vida erótica y muchas veces, en lugar del Sexólogo, recurren a prostitutas porque allÃ, aunque fracasen, no "pasan un papelón" como serÃa el caso con una mujer que les guste. Quizás no resulte lógico pero vemos en el consultorio varones que se separan y recomienzan con una nueva pareja y con ésta no tienen buenas relaciones o no logran la erección pero nos refieren que con la ex-esposa no tenÃan esos problemas y más de uno continúa viéndola y manteniendo relaciones sexuales lo que complica aún más las cosas. Por supuesto que el otro polo se ve: cuando tuvo una vida erótica pobre, luego de separado puede encontrar un goce sexual que antes nunca tuvo con una nueva pareja viviendo asà "una segunda juventud". Otros varones prefieren tener relaciones con varias, ir "en busca del tiempo perdido" y no comprometerse con ninguna. Algunos dicen: "prefiero dedicarme a mis hijos salir con amigos y tener amores pasajeros, pero no una pareja estable y menos convivir", atribuyéndole muchas veces a las mujeres una cierta propensión a querer entablar relaciones estables al poco tiempo de conocerse. Pero los tiempos han cambiado y también hay mujeres separadas que quieren tener amantes que las hagan disfrutar y no "maridos formales con los cuales aburrirse". Otro hecho a tener en cuenta es que muchos varones separados, de 40 o más, quieren salir con chicas más jóvenes y no con mujeres de su edad, como una manera de negar el tiempo que pasó y porque prefieren a las que les atribuyen "tener menos conflictos" sin "tener el peso de los hijos". Claro que siempre me pregunto si junto a la alegrÃa y fuerza que traen las jóvenes vendrá aparejado que una veinteañera sepa entender los dolores del alma y los quejidos del cuerpo de un cincuentón. Es como decÃa la canción de los Beatles: "cuando tenga 64 años vos también serás viejita y sabrás cuidarme, atenderme", y asà ayudarse mutuamente. Las vicisitudes de la mujer Un hecho común en el consultorio es escuchar a mujeres que nos dicen que durante el matrimonio no fueron felices sexualmente y temen fracasar nuevamente. En algunos de estos casos hay que prevenir que no sea esto una maniobra de profecÃa autocumplidora que genera una y otra vez el fracaso ya que haber padecido una falta de respuesta orgásmica o no sentirse deseada, no es una condena que deben caragr con otras parejas. Es el caso de compañeras de eyaculadores precoces que nunca pudieron llegar al orgasmo porque ni les daban tiempo: puede ocurrir que encuentren una nueva pareja que sà las haga gozar dejándolas satisfechas pero una mujer no deberÃa pensar que apenas se separa ya va a encontrar la pareja sexual de su vida. Suponiendo que una mujer separada, por temperamento, desinhibición o posible liberación, decida hacer el amor con compañeros ocasionales y variados, la situación sigue siendo intimidante: además de las enfermedades de transmisión sexual y el SIDA, no está nunca totalmente asegurada de un embarazo -salvo que esté en la menopausia- y de la posibilidad de una agresión fÃsica, un robo o una estafa (de estos tres casos hemos escuchado varias situaciones referidas por pacientes separadas). Otra duda que las asaltan es si serán vistas como "mujeres livianas y fáciles", aunque ya no se toman tan en serio estos preceptos machistas un tanto anacrónicos. Entonces se les presentan ciertos dilemas: ¿será mejor conquistarlos y arriesgarse a escuchar que se regala o volver, cual presa erótica, a la dulce espera del macho activo?, ¿buscar o ser buscada?, ¿tener una aventura o sólo acceder cuando el compromiso llegue? Hay mujeres que quieren tener una vida sexualmente activa luego de la separación pero les pesa la idea de que el sexo tiene que llegar junto al amor y si no habrá de abstenerse. En este sentido, al varón no lo aflige la disyuntiva: sabe que podrá tener sexo con amor o sin él y que, como decÃa Pablo Neruda, "el amor puede ser eterno o puede ser fugaz". "¿son pocos los varones que saben amar?" Es común escuchar decir a muchas de estas mujeres divirciadas que "son pocos los varones que saben amar" o afirmar que, en realidad, "no existen". ¿Será cierto que el varón ha perdido la capacidad de amar, que el amor romántico ha sucumbido en los meandros de la exigencia, del afán del éxito, de las demandas sociales de triunfo económico y del ritmo sin pausas del mundo actual? A veces pienso que algo de esto se entrecruza con una diferencia de expectativas entre lo que la mujer espera y lo que el varón cree que ella espera o está dispuesto a dar. Las mujeres a veces anhelan que sean tiernos y cariñosos, cuando ellos creen que les piden un sexo furibundo. Quieren que las escuchen con atención y que les prodiguen mimos, cuando ellos suponen que "en realidad, está esperando que la bese en los labios con fuerza y pasión". Desean que las tengan abrazadas cuando los varones sospechan, dado lo que la vida les enseñó, que "sólo quieren que las llevemos a la cama". Quieren ser viriles y agresivos cuando ellas los necesitan suaves y cariñosos. Y, a veces, cuando esperan con pasión creen que "otra vez vendrá con este cuento de que no se siente comprendida" y prefieren encerrarse en el narcótico del fútbol y la televisión. Creo que hay varones que se preocupan poco por lo que realmente les pasa a sus parejas y a las mujeres en general, a las que consideran meros objetos de su deseo. Como su omnipotencia es grande siempre creen saber "lo que ellas necesitan". Cuando se toman el trabajo de escucharlas, muchas veces ante el terapeuta, el Sexólogo o ante la mera situación de que les anuncian el fin de la pareja, se muesran sorprendidos de que a "ella le haya pasado eso estando al lado mÃo". En mi libro, Los varones que saben amar, he tratado de dar mi experiencia como terapeuta y consultor de parejas, en aras de que los varones, y también las mujeres, puedan intercambiar vivencias y enriquecerse mutuamente, conociendo algunos de los tantos matices que tiene la vida erótica, que es un camino digno de transitar juntos, aunados en el amor y el goce. El viagra en los varones separados Algo que ha cambiado el panorama sexual en estos dos últimos años ha sido la aparición fulgurante del sildenafil (conocido como Viagra) para el tratamiento de las disfunción eréctil lo que ha permitido que muchos varones, separados, viudos o en pareja, con impotencia (o con temor a padecerla) pudieran recomenzar su vida sexual de una manera satisfactoria para ellos tanto como para sus parejas. Ha permitido que muchos varones temerosos del uso del profiláctico (con el permanente enunciado "si lo tengo que usar pierdo la erección") pudieran utilizarlo sin aprensiones, hecho insoslayable en las relaciones sexuales del fin de milenio. Para muchos separados que venÃan padeciendo de cuadros de impotencia estas escenas eran francamente temidas lo que los hacÃa huir también de la escena deseada. Hoy en dÃa con el abordaje conjunto de las llamadas terapias sexuales breves y el sildenafil se consigue la remisión de los distintos cuadros de dificultades erectivas en casi un 90% de los casos. Una luz en el camino Como cierre esperanzado citaré a una paciente que decÃa: "un varón que sà sabe amar es aquel que atiende a la mujer en los detalles que a ella realmente la seducen, como el compañerismo, la actitud afectuosa, la comunicación y el diálogo, el grado de libertad y comprensión; tanto como tener variantes cuando hace el amor, dándose permisos para gozar y hacer gozar. Es hora que caminemos juntos, hermanados y solidarios. Que el encuentro entre los sexos sea una fiesta para ambos" |