La consulta sexológica (Parte I) | |||||
El primer y fundamental paso para el abordaje de las disfunciones sexuales, al igual que en todas las ramas de la Medicina y la PsicologÃa, es el diagnóstico correcto y no dar tratamientos apresurados para atender una demanda del paciente o, en muchos casos, para sacárselo de encima (cosa que ocurre con frecuencia cuando el profesional, por falta de tiempo, desconocimiento o inoperancia sobre el tema, no quiere preguntar más ni sabe derivar). Es el clásico tome esto, trate de relajarse y váyase. También sé que la consulta sexológica es una consulta vergonzante que cuesta mucho realizar, especialmente a los varones. Pero es la única manera de poder solucionar el problema: que puedan explayarse con confianza sobre todo lo relacionado con su historia sexual, tema que para él o ella siempre fue algo oculto y prohibido.
Se deberá indagar cómo, cuándo, dónde y con quién empezó el sÃntoma sexual. Qué circunstancias lo rodean (a eso llamo diagnóstico situacional), cómo se inscribe en su historia personal, psicológica y vincular. Se confecciona una verdadera historia psicosexual para comprender la génesis del sÃntoma. Qué medicamentos toma y qué tratamientos intentó antes. Cuáles creen, el o la paciente (o la pareja), que son las causas de sus problemas y cómo imaginan los tratamientos para la disfunción. Un tema de particular importancia es el diagnóstico vincular, o sea la relación con la pareja y siempre es aconsejable, en aquellos que la tienen, entrevistarlos a ambos.
Otras veces llegan desilusionados por un largo deambular por distintos consultorios médicos y psicológicos, vapuleados por infinidad de tratamientos (desde venta de aparatos a cirugÃas de frenillos y ligaduras venosas, cuando no prótesis o inyecciones en eyaculadores precoces, a tratamientos con psicofármacos o a muchos años de psicoanálisis) realizados por profesionales que no asumen honestamente su desconocimiento del tema y de otros que lisa y llanamente lucran con la desesperación de los pacientes.
Es obvio que una consulta sexológica no es como ir al oftalmólogo para un recambio de anteojos o al gastroenterólogo por "un problema del estómago". Es ir a contar algo muy Ãntimo y donde se compromete en todo su ser, es ir a develar la falta, lo que no puede "rendir como varón" pues siempre se le enseñó a hacer gala de su masculinidad, o que “como mujer se siente que es una frÃgidaâ€. Hablar ante un extraño, aunque sea un profesional, de la sexualidad, es algo conflictivo y cargado de una gran dosis de temor, pudor, vergüenza y ansiedad. Esto pasa también en la consulta con el médico clÃnico: el profesional no se anima a preguntar sobre la vida sexual de los pacientes (muchas veces no sabe cómo ni cuando ni por qué preguntar), el paciente tampoco lo cuenta porque siente que no hay un continente para su conflicto latente.
Siempre está al borde de comentarle a su médico de cabecera pero no termina de hacerlo. Muchas veces está esperando que el profesional lo interrogue para poder explayarse en aquello que lo angustia. Es interesante señalar, p. ej., que la disfunción eréctil suele ser un predictor de patologÃas subyacentes. Nosotros hemos detectado cuadros de hipertensión arterial, de diabetes, de dislipemias, de problemas cardÃacos, respiratorios, ginecológicos o prostáticos, incluso cuadros depresivos, a partir de indagar sobre la vida sexual de los consultantes y que éstos no tenÃan en cuenta.
* Dr. ADRIÃN SAPETTI |