Nuevo tratamiento para la esquizofrenia |
Durante mucho tiempo una de las enfermedades mentales más temidas e invalidantes, entre pacientes psiquiátricos jóvenes, ha sido la esquizofrenia. Hay descripciones de este cuadro desde la antigüedad y fueron variados los tratamientos intentados:
Es importante que los padres sepan que estos cuadros pueden aparecer en la adolescencia temprana o entre los 20 y 30 años. Sin tratamiento su curso es progresivo y evoluciona por "brotes": estas crisis los van dejando con un defecto cada vez mayor, deteriorando sus capacidades mentales. Hay que destacar que, muchas veces, la familia no consulta a tiempo porque, a pesar de que tenga actitudes extrañas, abandone sus cuidados personales, los estudios o el trabajo, refiera ver su cuerpo cambiado o sentirse despersonalizado, sólo lo entienden como "rareza" o que "se hace el loco", atribuyéndolo a los "caprichos de la juventud". Desgraciadamente una enfermedad mental que no se detecta en forma precoz y no se la trata suele tener una mala evolución. La esquizofrenia es una afección que se da en todas las razas y clases sociales o niveles económicos sin distinción y son muchas las teorÃas que buscaron dar cuenta de sus causas: desde la posesión demonÃaca y satánica, a las brujerÃas, "la madre esquizofrenizante" (concepto que ha caÃdo en descrédito) o la familia que enloquecÃa al paciente hasta la que sostiene que hay alteraciones celulares en el cerebro. La más actual y aceptada es la que ubica a nivel de los neurotransmisores cerebrales (son sustancias que segregan las células nerviosas para comunicarse entre ellas) como base del trastorno. Por supuesto que no se puede ver a un individuo como a un mero resultado de la acción de sus neurotransmisores sino como la interrelación entre su cerebro y su cuerpo con el medio familiar y social en el cual vive. Durante muchos años los psiquiatras no contaban con otra posibilidad que provocar comas insulÃnicos, aplicar shocks medicamentosos o eléctricos (este último tratamiento fue ideado por los italianos Cerletti y Bini basados en la idea que la epilepsia protegÃa de padecer una esquizofrenia) en largas internaciones que muchas veces eran de por vida. A posteriori fuimos viendo las limitaciones, riesgos y efectos secundarios de estos recursos teniendo la posibilidad de contar con medicamentos para combatir esta enfermedad y poder prescindir de la insulina y el electroshock. Aparece una droga llamada clorpromazina (descubierta a partir de la anestesia), luego el muy conocido haloperidol y asà comienza a revertirse la historia. En años posteriores hacen su aparición los llamados antipsicóticos de última generación o atÃpicos, como el Risperidone, que produce mejoras notables tanto en los delirios, alucinaciones, excitación psicomotriz y agresividad como en la retracción emocional, abulia, pobre relacionamiento social y el encierro en sà mismo (la gente dice cuando ve algo parecido: "es un esquizo"). En estos últimos sÃntomas, llamados "negativos" era donde los medicamentos anteriores tenÃan baja eficacia, como asà también en los sÃntomas afectivos: sentimiento de culpa, ansiedad, depresión, poca atención en las cosas cotidianas. Otra de las desventajas que tenÃan los primeros remedios era que producÃan graves e indeseables efectos secundarios lo que casi no ocurre con el risperidone, logrando asà un avance notable en la recuperación de los enfermos mentales, permitiendo una mayor resocialización y contacto con el mundo evitando las frecuentes y deteriorantes reinternaciones. Por otro lado hace que estos pacientes sean más permeables a la psicoterapia, lo que constituye a este medicamento, ya probado en más de un millón de casos, en una arma de primer nivel para la remisión de los cuadros esquizofrénicos y en trastornos de conducta en las demencias y mal de Alzheimer (demencia presenil observada con regular frecuencia) o en la enfermedad bipolar. No se deberÃa pensar que las psicosis (popularmente llamadas "locuras") se curan como un resfrÃo, una angina, una disfunción erectiva o un esguince de tobillo: aunque haya remitido el brote agudo el paciente deberá continuar bajo tratamiento, con los controles y con la medicación como sostén (a veces recurrimos a inyectables de uso prolongado -haloperidol depósito, p.ej.-, para asegurarnos que el paciente no suspenda la medicación) junto a las terapias (psicoterapias, labor y musicoterapia, grupos) ya que esto le permitirá integrarse mejor al medio social y laboral evitando las recaÃdas y los rebrotes, teniendo ahora un nuevo horizonte terapéutico que años atrás no siempre podÃamos ofrecerles. |