Obesidad y depresión |
La inflamación en la depresión: ¿es la obesidad una causa? Las tres gracias, de P.P. Rubens Existe una evidencia creciente que señala que la inflamación puede jugar un papel significativo en el desarrollo de la depresión. Los pacientes con depresión muestran aumentados ciertos marcadores inflamatorios (citoquinas, interleukinas, factor de necrosis tumoral), y la administración de citoquinas y otros estÃmulos inflamatorios pueden inducir sÃntomas depresivos.Se han descrito mecanismos a través de los cuales las citoquinas (son un conjunto de proteÃnas que regulan interacciones de las células del sistema inmune), su función inmunorreguladora es clave en los mecanismo de defenas del organismo, en la inflamación y en la producción de células de la sangre. Tienen acceso al cerebro y afectan los sistemas de neurotransmisión importantes en la depresión. Hallazgos preliminares, indican que antagonizar las vÃas inflamatorias puede mejorar los sÃntomas depresivos. Una fuente primaria de inflamación en la depresión parece ser la obesidad, especialmente la adiposidad centroabdominal. El tejido adiposo es una rica fuente de secreción de factores inflamatorios que incluyen las adipoquinas, las quemoquinas y las citoquinas, y también se ha revelado una relación bidireccional entre adiposidad y depresión. La adiposidad está asociada con el desarrollo de la depresión y la depresión está asociada con la adiposidad, lo que refleja un potencial cÃrculo vicioso entre estas dos condiciones que parece estar centrado en la inflamación. Los tratamientos que se enfocan en este cÃrculo vicioso pueden ser especialmente relevantes para el tratamiento y prevención de la depresión como de sus múltiples trastornos comórbidos (coadyuvantes) como la enfermedad cardiovascular, la diabetes y el cáncer, todos los cuales también se han asociado con la depresión y la inflamación. Hoy se piensa que en la depresión tanto como en la obesidad existen factores proinflamatorios (como las citokinas, interleukinas, el Factor de necrosis tumoral, etc.) y que probablemente la depresión pueda llevar a la obesidad (en parte por la inactividad y la vida sedentaria) lo que trae un aumento de estos marcadores proinflamatorios. En gran parte del mundo hubo un incremento en el consumo de Hidratos de Carbono simples y refinados, descenso de la ingesta de fibras y de Omega-3 marinos. Si bien ha descendido el uso de sacarosa (de la caña de azúcar) ha aumentado el de fructosa (azúcar del maÃz) y un alto consumo de este azúcar refinado se condice con obesidad, aumento de triglicéridos y sÃndrome metabólico. La llamada dieta mediterránea es la que mayor protección cardiovascular tendrÃa. Si vemos los alimentos que más frecuentemente se consumen se destacan entre ellos: La pregunta es si el aumento en el consumo de Omega-3 tiene propiedades antiinflamatorias reduciendo asà la posibilidad de depresión. Hay estudios que lo afirman y otros que sólo lo harÃa en mÃnimo nivel. Lo positivo es que las siguientes estrategias pueden traer su aporte para tratar las enfermedades inflamatorias y la obesidad, asociada o no a la depresión: La idea es que el alimento sea tu sanación, que no sean sólo calorÃas vacÃas y, muy lejos de prohibirte comidas te ampliarÃamos la lista de los alimentos que utilices: al agrandar el espectro comerÃas menos comida chatarra, menos fast food y sà comidas más saludables, menos engordantes, con menor Ãndice glucémico (la capacidad de un alimento en transformarse en glucosa en la sangre). Última noticia en tratamientos para la obesidad Ahora como última novedad hay un método llamado “Abilityâ€, que se está implementando en Alemania y España: consiste en la implantación por cirugÃa laparoscópica de un cable que conecta con un electrodo de estimulación y un sensor de detección de alimentos; al comer o beber, el sensor detecta los alimentos ingeridos y envÃa impulsos eléctricos a un electrodo de estimulación, situado en la pared del estómago, lo que provoca que el paciente experimente una distensión precoz del estómago, y por tanto, se sienta saciado y deje de comer. Con esa información, que la va recibiendo por Internet el médico diseña el programa alimentario y el ejercicio, aún a la distancia. De esta forma también se facilita la reeducación del paciente en hábitos alimentarios. La experiencia con Ability aún es corta. La mayorÃa de los casos se acumulan en Alemania, donde ya se han colocado un centenar de estos dispositivos. Los estudios clÃnicos realizados indican al año del implante se obtiene una reducción de entre el 35 y el 40 % del peso. Por ahora se está probando con obesos mórbidos con buenos resultados. NOTA: como complemento de esta nota se sugiere la lectura del artÃculo “Obesidad en la mujer†en el sitio www.mujervital.com.ar Referencias: -Richard Shelton, MD; Andrew Miller, MD: Inflammation in depression: is adiposity a cause?, in Medical and Physiological Aspects of Depression. Dialogues in Clinical neuroscience, Vol. 13, N° 1. Les Laboratoires Servier, Neully-sur-Seine, Francia, 2011. -Sapetti, A.: Obesidad y Disfunción eréctil. En Revista SexologÃa, Caracas, vol XII, número 1, enero-junio 2007 |