Una experiencia con la damiana |
Nota del Dr. Sapetti: a partir del artÃculo del licenciado Litvinoff, publicado sobre la Damiana –hierba afrodisÃaca-, en esta misma sección, este profesional nos hace llegar ahora un interesante testimonio de un paciente que, con exquisito sentido del erotismo –que quizás haya aportado tanto o más que la Turnera Afrodisiaca- y la creatividad, nos transmite claramente la experiencia de haberla utilizado. “Fuimos con mi novia y compramos un frasco de Damiana TM (Tintura Madre) que me indicó el profesional y, entre bromas y risas, nos dirigimos a mi casa. Era un dÃa caluroso por lo cual picamos un poco de hielo y servimos la sustancia como si fuera una medida de Fernet sobre el hielo y le agregamos un poquito de azúcar para esconder el sabor un tanto amargo.... Lo bebimos lentamente... escuchando música en una atmósfera relajada y prendimos algunas velas para hacer el ambiente más agradable, más romántico. Pronto la conversación se hizo más fácil y sentimos una hermosa sensación de bienestar y alegrÃa que no obnubilaba para nada el resto de nuestros sentidos; la risa brotaba sin esfuerzo mientras nos desnudábamos y comenzábamos a acariciarnos con frenesÃ.... Las sensaciones eran claramente más nÃtidas, parecÃa como que el umbral de percepción sensorial de nuestros cuerpos se habÃa relajado permitiendo que las sensaciones y percepciones fuesen más completas y profundas, pero quiero destacar que nuestra mente percibÃa claramente el cambio, funcionaba normalmente sin ningún tipo de espejismos ni alucinación como los psicodélicos del tipo de cannabis o lisérgico...sólo las sensaciones eran un poco más vÃvidas, más eficaces, más perentorias... Hicimos el amor con un sentimiento de alegrÃa y felicidad que no me acuerdo haber vivido nunca. Ella estaba radiante: recuerdo haberla mirado largo rato mientras nos entregábamos al juego amoroso y seguà mirándola después de la penetración: su rostro resplandecÃa con una sonrisa de serenidad profunda y parecÃa gozar de una manera nueva... más intensa y sin embargo no se descontrolaba ni se agitaba, simplemente sonreÃa con toda su alma y disfrutaba con fruición de ese momento mágico. HabÃa una mayor libertad para explorar zonas que nunca nos atrevimos a recorrer; sentÃa que ella no oponÃa resistencia a mis nuevas inquietudes, que se abrÃa y se entregaba mansamente a la novedad... hasta que ella también empezó a participar creativamente de ese mundo nuevo. Al llegar juntos al clÃmax vivencié una profundidad y una intensidad de la onda vibratoria que era desconocida para mÃ: fue algo sublime... deslumbrante.... las contracciones eran más profundas... más duraderas, en un momento creà que no terminaban nunca de estallar en mi cuerpo. Ella después me contó que habÃa vivido algo similar. Por último quiero agregar que pasé el resto del dÃa con una sensación de alegrÃa y bienestar interior que suavemente se fue instalando hasta que me fui a dormir a la noche, para levantarme al otro dÃa fresco y relajado y con este hermoso recuerdo que espero repetir cuantas veces pueda a lo largo de mi vida.†P. M., 53 años, Bs. As., Argentina |