“Sola, fané, descangayada la vi esta madrugada salir del cabaret. Flaca, dos cuartas de cogote y una percha en el escote bajo la nuez. Chueca, vestida de pebeta, teñida y coqueteando su desnudez... ParecÃa un gayo desplumao mostrando al compadrear el cuero picoteao... Yo que sé cuando no aguanto más, al verla asÃ, rajé, pá no yorarâ€. Del tango “Esta noche me emborracho†(Enrique Santos Discépolo)
Notas sobre los términos del lunfardo tanguero: “fané†es una palabra de origen francés que significa marchito, ajado, desgastado, venido a menos. “Descangayada†significarÃa desarmada, descalibrada, deteriorada. “Cogote†significa cuello. “Pebeta†serÃa una mujer joven, adolescente. “Gayo desplumaoâ€= gallo desplumado. “Picoteaoâ€= picoteado. “Rajéâ€= huà (de rajar= huir, escapar). “Pá no yorarâ€= para no llorar. “Compadrearâ€= ostentar, alardear, fanfarronear. ¡Cómo nos recuerda este tango el texto “La loca†del Conde de Lautréamont!:
“Allà tenéis a la loca que pasa bailando, mientras rememora vagamente algo. Ha perdido un zapato en el trayecto, pero no lo nota. Largas patas de araña recorren su nuca: son tan sólo sus cabellos… Su rostro ha dejado de parecerse a un rostro humano, y lanza carcajadas como una hiena. Su vestido, con agujeros en más de un lugar, está animado de sacudidas violentas en torno de sus piernas huesudas y llenas de barro. Ha perdido su belleza y sus pasados encantos; su andar es torpe y su aliento huele a aguardiente…â€. | Conde de Lautréamont (Isidore Ducasse), canto tercero de “Los cantos de Maldoror†(escrito en 1866, cuando tenÃa 20 años. MorirÃa a los 26).
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DecÃa en la primera parte que la figura de la prostituta (o de la cortesana) ha fascinado a muchos artistas, a la que inmortalizaron en sus obras. Continuaré con algunos ejemplos, entre tanto que se ha escrito sobre ella. Por ejemplo la canción de Chico Buarque –de la cual transcribo algunas estrofas- que muestra la hipocresÃa social y nos trae a la memoria el cuento “Bola de sebo†de Maupassant (que a su vez inspiró el film “La diligencia†de John Ford):
| CHICO BUARQUE: “tÃrenle piedras…†|
| “Geni y el zeppelÃn†(canción, 1977) |
“De los rengos y los tuertos, del bajo fondo del puerto, ella anduvo enamorada. Su cuerpo es de los errantes vagabundos y emigrantes, de los que no tienen nada. Se entregaba desde niña en garajes o cantinas, detrás la pileta, en el monte. Reina de los prisioneros, las locas, los pordioseros, y los chicos del asilo. A menudo a su cuidado hay viejitos desahuciados y viudas sin porvenir. Es buena como son pocas por eso toda la ciudad repitiendo ha de seguir: Tiren piedras a Geni, tiren piedras a Geni, ella es buena para aguantar, ella es buena para escupir, ella se entrega a cualquiera, maldita Geni. Un dÃa surgió brillante, entre las nubes fluctuante un enorme zeppelÃn. Se paró en los edificios, abrió unos mil orificios con mil cañones asÃ. La ciudad toda espantada se quedó paralizada, casi se volvió jalea. Mas del zeppelÃn gigante descendió el comandante diciendo: mudé de idea. Cuando vi en esta ciudad tanto horror e iniquidad resolvà hacerla explotar; mas puedo evitar el drama si es que aquella hermosa dama de noche se entrega a mÃ.†Esa dama era Geni... “Mas no puede ser Geni, hecha está para aguantar, hecha está para escupir, se entrega no importa a quién, maldita Geni.†Sin que se lo propusiera, de tan ingenua y sincera cautivó al forastero. El guerrero tan vistoso, tan temido y poderoso quedó de ella prisionero. Ocurre que la doncella – y eso era secreto de ella – tenÃa también sus caprichos y a darse a hombre tan noble, tan oliendo a brillo y cobre, preferÃa amar los bichos. Al oÃr tal herejÃa la ciudad en romerÃa su mano vino a besar; el prefecto de rodillas, el obispo a hurtadillas, el banquero y su millar. “Anda con él, ve Geni, anda con él, ve Geni, la que nos puede salvar, la que nos va a redimir, se entrega no importa a quién, bendita Geni.†Fueron tantos los pedidos, tan sinceros, tan sentidos, que ella dominó su asco. Esa noche lancinante se entregó a tal amante como quien se da al verdugo. Tanta suciedad él hizo, relamiéndose de vicio hasta quedarse saciado, y no bien amanecÃa partió en una nube frÃa en su zeppelÃn plateado. Con un suspiro aliviado ella se acostó de lado y trató de sonreÃr, mas luego al rayar el dÃa la ciudad en griterÃa ya no la dejó dormir. “TÃrenle piedra a Geni, tÃrenle piedra a Geni, hecha está para aguantar, hecha está para escupir se entrega no importa a quién, maldita Geni.†------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- SHAKESPEARE, de nuevo…. ANTONIO Y CLEOPATRA (última escena)
“Cleopatra:- Ahora, ¿qué piensas? Serás, lo mismo que yo, mostrada en Roma como una muñeca egipcia. Esclavos artesanos, con sus delantales grasientos, sus reglas y sus martillos, se empinarán para mirarnos; estaremos envueltas en la nube de los alientos malolientes de su grosera comida y forzadas a beber su vaho…insolentes tribunos nos tratarán como a rameras; miserables rimadores nos cantarán desafinadamente; ingeniosos comediantes nos llevarán al escenario en sus improvisaciones...y yo veré a algún jovencito de voz aflautada hacer de Cleopatra y dar a mi grandeza la postura de una prostitutaâ€.
(Nota: recordemos que en el teatro isabelino aún los papeles femeninos eran actuados por varones y el gran Willy era uno de esos actores que representaban los roles de las célebres heroÃnas). ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- FEDERICO FELLINI, la presencia de las prostitutas en sus films (¿recuerdan la Cabiria? –que inspiró a Bob Fosse para su musical “Sweet Charityâ€-, ¿la Sarracena?, ¿tal vez La Gradisca?) “La Prostituta es el contrapunto esencial de una madre a la italiana. No se puede concebir una sin la otra. Y asà como la madre nos ha nutrido y vestido, con la misma fatalidad, hablo por lo menos de mi generación, la puta nos ha iniciado en la vida sexual. Todos les estamos agradecidos a esas mujeres que han realizado nuestros deseos, nuestras esperanzas y fantasÃas, y las han transformado en algo casi siempre pobre y mezquino pero de todas maneras fantástico. Es por lo que la prostituta, criatura infernal, conserva a pesar de ello el poder y la fascinación de aquello que parece evocado de un modo ultraterreno. No es comprensible y, por ello mismo, es inmensa e inasible, omnisciente e ingenua. Exactamente como nuestras fantasÃas, de las cuales es no sólo ladrona sino realizadoraâ€. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
GABRIEL GARCÃA MÃRQUEZ: la abuela desalmada, madama de su nieta
“La increÃble y triste historia de la Cándida Eréndira y su abuela desalmada†(1988). “Cuando no hubo en el pueblo ningún otro hombre que pudiera pagar algo por el amor de Eréndira, la abuela se la llevó en un camión de carga hacia los rumbos del contrabando. … Cautivados por las voces del correo, vinieron hombres desde muy lejos a conocer la novedad de Eréndira. Detrás de los hombres vinieron mesas de loterÃa y puestos de comida, y detrás de todos vino un fotógrafo en bicicleta que instaló frente al campamento una cámara de caballete con manga de luto, y un telón de fondo con un lago de cisnes inválidos. La abuela, abanicándose en el trono, parecÃa ajena a su propia feria. Lo único que le interesaba era el orden en la fila de clientes que esperaban turno, y la exactitud del dinero que pagaban por adelantado para entrar con Eréndira. Al principio habÃa sido tan severa que hasta llegó a rechazar un buen cliente porque le hicieron falta cinco pesos. Pero con el paso de los meses fue asimilando las lecciones de la realidad, y terminó por admitir que completaran el pago con medallas de santos, reliquias de familia, anillos matrimoniales, y todo cuanto fuera capaz de demostrar, mordiéndolo, que era oro de buena ley aunque no brillara. … Eréndira no lo habÃa oÃdo. Iba corriendo contra el viento, más veloz que un venado, y ninguna voz de este mundo la podÃa detener. Pasó corriendo sin volver la cabeza por el vapor ardiente de los charcos de salitre, por los cráteres de talco, por el sopor de los palafitos, hasta que se acabaron las ciencias naturales del mar y empezó el desierto, pero todavÃa siguió corriendo con el chaleco de oro más allá de los vientos áridos y los atardeceres de nunca acabar, y jamás se volvió a tener la menor noticia de ella ni se encontró el vestigio más Ãnfimo de su desgraciaâ€. Nota: este artÃculo ha sido dividido en tres partes, y se completará en la próxima entrega.
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