Imprimir

sexualidad de la mujer y crisis de la mediana edad - dividido en tres partes, por el Dr. Andrés Flores Colombino

Sexualidad de la mujer y crisis de la mediana edad (Parte I)
por el Dr. Andrés Flores Colombino, Uruguay
Sociedad Uruguaya de Sexología. Presidente de FLASSES. WAS
"Madame X" - J. SargentRESUMEN
La crisis de la mediana edad o de la edad media de la vida fue estudiada  y establecemos los criterios de reconocimiento clínico, para ubicar los trastornos sexuales más frecuentes vinculados a la experiencia vital. Se efectúa una revisión bibliográfica y diversos abordajes teóricos y clínicos, vinculando la mediana edad con la edad de la paternidad en el sentido de Erikson, la crisis de la pareja, de los proyectos, de las expectativas omnipotentes de inmortalidad en el sentido de Elliot Jacques. Una muestra de 862 mujeres de todas las edades que consultaron con nosotros por problemas sexuales, pone de manifiesto que entre los 35 y los 59 años consulta el 41% de la muestra (365), pero presenta características propias, como las quejas por el marido con disfunción eréctil, eyaculación precoz o infidelidad, así como las nuevas parejas y el relacionamiento con los hijos, son mayor fuente de conflicto que en edades menores o mayores.
CRISIS DE LA MEDIANA EDAD

La crisis vital es una etapa de transición que posee variable duración, que aparece de manera brusca o gradual y que se resuelve de maneras normales o patológicas, dramáticas, cómicas o trágicas. La crisis nos cambia con rapidez, y no todos estamos preparado para el cambio.

La edad media de la vida es una experiencia individual y encuentra a cada persona en diversas posturas y situaciones, y de ellas depende que la enfrentemos con éxito. Si la esperanza de vida al nacer es de 80 años, la mitad de la vida son los 40. Si es de 70, la mitad está en los 35 años. Los 50 marcan la mitad de un siglo, y tanto la mujer como el varón se sienten aun en su segunda juventud. También denominada "crisis de la mediana edad" (Neugarten 1974, Schreiber 1978), o "Crisis de la vida adulta" (Sheehy 1976) o de la medialescencia, o de "la mitad de la vida" (Jacques 1978), o también "época de transición de la mitad de la vida" (Levinson 1972), de los años medianos de la vida, o "crisis de cambio de la segunda mitad de la vida" (Alonso, 1995). El Prof. Beric Wrigth, citado por Schreiber (1978) dice que si queremos llegar todos a la edad de la jubilación, debemos ser ante todo, mujeres -pero esto no es algo en lo que se pueda influir mucho-, segundo, cuidarse de los accidentes y heridas de la adultez joven, y tercero, prevenir las enfermedades cardiopulmonares con dietas, ejercicios. Carl Jung  (1967) decía a la edad de 58 años que "La curva de la vida es como una trayectoria balística", y se quejaba del hecho de que nos preparaban para crecer y ascender, pero nadie nos prepara para decrecer y descender, hecho inevitable de la vida.

Erik Erikson (1950), cuando describe sus magistrales "Ocho etapas de la vida", se refiere al lapso que abarca la crisis de la mediana edad, a la Séptima Edad o Edad de la Paternidad y de la Creatividad, donde debe engendrar a la generación siguiente, educarla y prepararla para el futuro.

Si vamos a la búsqueda de raíces biológicas de la crisis, Neugarten y Datan  (1974) afirman que la crisis del climaterio femenino es también una crisis psicológica solo cuando ya existía una crisis de la mediana edad. Las referencias a la menopausia como última menstruación y su relación con una crisis vital es analizada por Bonilla y col (1991), Pitelli (1997), Pou (1993), Peralta Sánchez (1998).

La crisis de la mediana edad, puede ser  temprana enseguida de los 30 años, la que es analizada por Vázquez (2001) y Viera de Souza Leite y Alves de Toledo Bruns (2000) y  se caracteriza por el aburrimiento y el fracaso del estancamiento. Y si es tardía, por la falta de la elaboración del futuro y la angustia lacerante de una vida sin sentido, sumida en la desesperación, que es algo más que la desesperanza. La crisis de la mediana edad lleva a "enfrentarse con la mitad oscura de uno mismo" dice Jung  (1967). Según Dieckmann (1976) es la "época de discutir y ponerse acuerdo con las propias sombras personales y colectivas".
Según Brim (1975), quien estudió la crisis de la mediana edad del varón, pero aplicable a la mujer con modificaciones, la primera causa es hormonal, por la disminución de la testosterona -de los estrógenos para las mujeres- con todas sus consecuencias. La segunda causa es la discrepancia entre lo que se esperaba de la vida y lo que realmente alcanzó. La tercera causa radica en que se hacen presentes de improviso los sueños de juventud omnipotentes, "la brasa bajo las cenizas" según Jung  (1967). La cuarta causa sería el estancamiento, el "agotamiento de los proyectos", en el sentido de Julián Marías (1975). La quinta causa es el presentimiento de la muerte. La sexta causa son los cambios en la familia, nido vacío, padres ancianos, deterioro familiar. Y la séptima causa de la crisis son los factores externos, como las revoluciones históricas y sociales, la depresión económica o la guerra. Neumark (1986), Kusnetzoff (1986) y Del Pozo y Del Pozo (2001) analizaron más recientemente la crisis de la mediana edad del varón.
Fue Elliot Jacques (1978) quien introdujo en el campo científico el concepto de "middle age crisis" en el año 1963, pues descubrió que los grandes genios de la humanidad habían sufrido un cambio en la manera de trabajar y en el contenido de ese trabajo alrededor de los 35 años, como promedio. Varios autores han hablado de "década catastrófica" a la comprendida entre los 40 y 50 años. Otros la comienzan a los 35 años, Sheehy 1976 y Jacques (1978). La mayoría, sin embargo, destaca que la crisis de la edad media o intermedia puede ocurrir entre los 35 y 50 años y no es constante para todos los varones y todas las mujeres. Kusnetzoff (1986)(1987) la ubica entre los 38 y los 50 años para el varón, o "crisis de los 40"; y entre los 35 y 50 para la mujer.
Con la intención de hacer un aporte a la comprensión mayor del problema, tomamos una muestra de 365 mujeres que consultaron por problemas sexológicos, y tenían entre 35 y 59 años, con la siguiente distribución:
 
MUJERES CONSULTANTES SEXOLÓGICAS ENTRE 35 Y 59 AÑOS
Rango etarioN°%
35-3912434
40-448323
45-496016
50-546317
55-593510
Totales365100
Debemos hacer tres precisiones con referentes a la muestra. Primero, incluimos al grupo de 55 a 59 años, que están previos a la tercera edad que empezaría a los 60, pese a que la mediana edad clásicamente se ubicaría entre los 35 y 55, pero no deseamos excluir ningún grupo y el 10 % no establece grandes modificaciones al conjunto, más que la casi totalidad a esta edad está ya en pleno climaterio postmenopáusico. En segundo lugar, incluimos todas las consultas sexológicas de las mujeres de este rango etario, que abarcan un 70 % de trastornos sexuales propios y un 30 % de consultas por trastornos sexuales de sus parejas masculinas o femeninas. Y en tercer lugar -y por ello lo más importante- no pudimos establecer que todas o la mayoría ni el porcentaje de mujeres de esta muestra estaban cursando una crisis de la mediana edad. La selección de este rango etario simplemente nos marca el campo en el que se produce la crisis, si se produce. De todas formas nos servirá para comparar los trastornos sexuales más frecuentes al menos de las mujeres de la mediana edad, lo que ya cumpliría el objetivo básico de este trabajo.
(*) Dr. Andrés Flores Colombino
Médico Psiquiatra, Geriatra Gerontólogo y Sexólogo Clínico
Miembro del Advisory Committee de la World Association for Sexology (WAS)
Presidente de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Sexología y Educación Sexual (FLASSES), Fiscal de la Sociedad Uruguaya de Sexología.