Otros factores de riesgo de disfunción eréctil y el Viagra | ||||
¿Qué es la Disfunción Eréctil? La Disfunción Eréctil es definida como la incapacidad para alcanzar o mantener una actividad sexual satisfactoria. Esto puede tener importantes consecuencias llegando a afectar la autoestima e incluso cuestionarse su masculinidad, además de los problemas de relación que puede generar dentro del cÃrculo familiar. Prevalencia La Disfunción Eréctil completa tiene una prevalencia del 10 % en la población general, porcentaje que se duplica en el hipertenso, se triplica en diabéticos y se cuadriplica en enfermedades cardiovasculares. Objetivos terapéuticos a lograr Uno de los objetivos importantes en el tratamiento de la Disfunción Eréctil es apuntar a mejorar la calidad de vida y modificar, cuando es posible, los factores de riesgo como: la medicación, el sobrepeso, el tabaco, el alcohol y la falta de actividad fÃsica. La medidas positivas tomadas en pro de mejorar el estilo de vida son vitales para un buen estado de salud general. Sin embargo, muchas veces puede ser demasiado tarde para revertir los efectos negativos en la respuesta eréctil y, por lo tanto, es recomendable adoptar estos cambios precozmente acompañando a todo el tratamiento de la Disfunción Eréctil. ¿Por qué dejar de fumar? Existen importantes evidencias de la estrecha relación entre el tabaquismo y la Disfunción Eréctil. En el estudio estadÃstico realizado en Massachussets, USA, en el año 1993, en una población cercana a 1300 varones de entre 40 y 70 años de edad, fue demostrado que el tabaquismo duplica el riesgo de empeorar la función eréctil.
una menor respuesta al estÃmulo provocada por sustancias que provocan erección como la papaverina, en pacientes fumadores. ¿Qué efectos locales me produce el tabaco? Uno de los efectos locales del tabaco es alterar la sÃntesis del oxido nÃtrico, principal sustancia para relajar el músculo del pene y favorecer la erección. A este efecto quÃmico local deberá sumarse las modificaciones que el tabaco ocasiona en las arterias (efecto de espasmo vascular –acción nicotÃnica- y las consecuentes asociaciones como arteriosclerosis, hipertensión arterial, liberación de radicales libres, que complican aún más el estado de salud general. Un estudio de seguimiento de pacientes, realizado durante 8 años, demostró que los efectos del tabaquismo pueden persistir aún luego de cesar el consumo de tabaco. Sin embargo el mismo estudio demostró que la ausencia de tabaquismo, o la cesación del hábito de fumar en el adulto joven, puede ser útil para disminuir el riesgo de Disfunción Eréctil. ¿Por qué dejar de tomar alcohol? Los efectos del alcohol en la función sexual pueden ser divididos en aquellos que resultan de la ingesta, a veces excesiva y ocasional (bebedor social), o aquellos que resultan del consumo excesivo crónico. En el primer caso, los efectos inmediatos son producidos por efecto directo del etanol. En cambio, en el alcoholismo, son debidos a enfermedades secundarias producidas por el consumo crónico como: enfermedad hepática, mal nutrición y trastornos psiquiátricos, asà como los efectos de una cierta desarmonÃa social.
En el mismo estudio realizado en Estados Unidos, y al igual que ocurrió con el consumo de tabaco, aquellos pacientes que demoraron la cesación de consumo significativo y crónico de alcohol no encontraron mejorÃa en su función eréctil. Este hecho irreversible podrÃa deberse a la agresión neurológica del alcohol sobre las estructuras nerviosas. ¿Por qué realizar ejercicios? El riesgo de Disfunción Eréctil es mayor en quienes se mantienen sedentarios en comparación con aquellos que mantienen una actividad fÃsica regular o inician cierta actividad fÃsica. Este riesgo de Disfunción Eréctil por sedentarismo puede ser reducido adoptando una actividad fÃsica regular, con un consumo diario de aproximadamente 200 calorÃas por dÃa, equivalente a caminar rápido unos 3,5 Km. Por otra parte, estudios cardiológicos han demostrado una fuerte disminución proporcional de riesgo coronario en pacientes que practican actividad fÃsica una, dos o tres veces por semana.
Estudios de seguimiento durante varios años, realizados en Estados Unidos, demostraron que aquél varón sedentario puede reducir el riesgo de Disfunción Eréctil si adopta el hábito regular de actividad fÃsica, con un consumo de al menos 200 calorÃas por dÃa, que equivaldrÃa a caminar ligero aproximadamente 3 kilómetros. ¿Cómo mejorar la función sexual? Recomendaciones para mejorar la calidad de vida y la función sexual. 1- Realizar un control médico periódico. 2- Eliminar hábitos como el tabaquismo y el alcoholismo, para lo cual existen numerosos centros de ayuda. 3- Proponerse realizar una actividad fÃsica controlada y regular (no se debe reiniciar una actividad fÃsica sin antes consultar con su médico sobre sus posibilidades). ¿Qué gano mejorando mis hábitos? 1- Mejorar la calidad de salud integral. 2- Disminuir la severidad de la enfermedad que ocasionan estos hábitos. De esta manera la eficacia terapéutica de los fármacos que utilice será mayor aún con menores dosis (en un trabajo presentado en el 153th Annual Meeting of the APA -Asociación Americana de PsiquiatrÃa-, Chicago, IL, Mayo 13-18, 2000 (Response to Sildenafil by Patients with Erectile Dysfunction Related to the Presence of Major Risk Factors, Sapetti A., Comesaña DÃaz E.), veÃamos que habÃa mejor respuesta al sildenafil cuando no se detectaban factores de riesgo mayores (FRM) para el aparato cardiovascular, y que disminuÃa la acción del fármaco o era necesaria una mayor dosis por la presencia de dos o más FRM, lo que llevaba a indicar la corrección de los mismos para lograr el mejor efecto del sildenafil. 3- Posibilidad de recuperar, en muchos casos, su función sexual perdida o disminuida. Consideraciones Finales El resumen de las observaciones realizadas en distintos estudios en relación con los factores de riesgo como el tabaquismo, el alcoholismo y el sedentarismo, nos permiten concluir lo siguiente: 1. La prevención de la Disfunción Eréctil modificando estilos de vida es útil cuanto más tempranamente se realice el cambio. 2. El ejercicio moderado o intenso de manera regular puede reducir el riesgo aún en las etapas más tardÃas de la vida. * Se publica este artÃculo gracias a la gentileza del Laboratorio Pfizer por la entrega de material bibliográfico.
|