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cirugías peneanas de agrandamiento


Cirugías peneanas de agrandamiento
por el médico urólogo Dr. Germán Chéliz
(extractado del libro “El sexo y el varón de hoy”, Dr. Adrián Sapetti, Editorial Emecé, 2001)
"The examination of the Herald" - A. Beardsley - 1896La cirugía de agrandamiento peneano se divide en dos grandes grupos:
  • Reparadora o correctiva

  • Estética

Se entiende por cirugía reparadora aquella que permite la recuperación de la función perdida por la alteración estructural o aquella que corrige una alteración morfológica aberrante; la estética es aquella que se emplea frente a un órgano que conserva función o morfología (forma). Hay muy pocos trabajos que hablen de cuál es la longitud de un pene normal, tal vez el más extenso sea el de Jack McAnninch, el cual encuentra que la inmensa mayoría de los penes tienen más de 4 cm en erección, y por ende un pene patológicamente corto mediría menos de 4 cm, en cuyo caso la elongación sería reparadora y no estética.
Los casos más frecuentes en los que se observa un pene patológicamente pequeño son:
a. Piel peneana insuficiente: el pene queda "sepultado" en el escroto, más aún en erección. Los casos más frecuentes se observan por postectomías (circuncisiones) en las cuales se resecó un exceso de piel peneana, o frente a postectomías reiteradas. Lo indicado es el suplemento de piel con injerto de piel extragenital.
b. Adherencias profundas de los cuerpos cavernosos a la zona pubiana: se observa en casos de celulitis peneanas extensas (infecciones de la piel del pene) en los cuales hay adherencias fibrosas de los cuerpos cavernosos a la zona pubiana. La solución es la liberación y resección quirúrgica de dichas adherencias.
c. Panículo adiposo prepubiano redundante y pendiente sobre el pene: observable en pacientes con obesidad y raramente sin la coexistencia de la misma. El tejido adiposo prepubiano "cuelga" sobre el pene y lo oculta. La solución más aceptada es la dermolipectomía prepubiana (resección quirúrgica de la grasa y piel) y sólo en los casos de panículos poco prominentes la lipoaspiración.
d. Amputación peneana parcial o total por trauma o cirugía: a diferencia de los casos previos en los cuales los cuerpos cavernosos y el glande son normales, estos fueron amputados por cáncer o trauma. La solución reconoce técnicas quirúrgicas complejas que transfieren piel y remedan las estructuras peneanas perdidas.
e. Enfermedad de la Peyronié: si bien habitualmente la retracción peneana se acompaña de curvatura, hay casos de retracción pura.
La "elongación peneana quirúrgica" consigue habitualmente aumentar la longitud de la cara visible del pene en reposo, no variando la longitud en erección. La sección del ligamento suspensorio y la confección de colgajos de piel de pene son los procedimientos habituales. Probablemente la longitud adicional habitualmente obtenida ronde los 2 cm. La elongación mecánica con "pesas" es teóricamente posible, aunque no hay publicaciones concluyentes en la literatura médica reconocida y aceptada como confiable. Puede caber la posibilidad de lesión de los nervios (neuropraxia) por elongación o por la pesa y/o lesión uretral por la misma causa.
Las complicaciones más frecuentemente observadas con la cirugía de elongación peneana son: retracción queloide de la incisión prepubiana, el "pivot" (se balancea para los costados) del pene por sección del ligamento suspensorio (que es el que lo sostiene) y la lesión del paquete vasculonervioso dorsal (que da la sensibilidad del glande).
Las cirugías de elongación con el empleo de prótesis o injerto venoso deben ser evaluadas con criterio crítico y objetivo, no existiendo series extensas publicadas a la fecha. Habitualmente no hay descripciones reproducibles y confiables de las variaciones obtenidas en la longitud ni de los métodos empleados para la medición. La cirugía de elongación y agrandamiento peneano es la causa más frecuente de demanda por mala praxis médica en cirugía urológica en los EE.UU.
Respecto al engrosamiento peneano los resultados deben evaluarse con cuidado. La inyección de tejido graso autólogo (propio del individuo) son desaconsejadas porque frecuentemente producen adherencias y fibrosis a las estructuras del pene. El injerto dermograso (de piel y tejido adiposo) es tal vez el procedimiento más seguro.