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juguetes sexuales (entrevista con el Dr. Sapetti)

(Entrevista con el Dr. Adrián Sapetti)

1) ¿Qué opina sobre los juguetes sexuales? ¿Está a favor o en contra?

Dr. Sapetti: los juguetes (“chiches”, “sexual toys”) o ayudas sexuales, (“sexual aids”) en muchos casos permiten traer nuevos vientos a relaciones donde la rutina, el tiempo, han desgastado los lazos de comunicación y de expresión sexual. Muchas veces la posibilidad de elegir un juguete erótico vuelve a unir a las parejas, ya que es un acto intrínsecamente íntimo, en el cual el resto de la familia no está involucrada.

También es una manera de decirle al otro, por ejemplo “aún te deseo, quiero estar y disfrutar contigo”. Los juguetes traen otras opciones, permiten complementar el goce, y también liberar presiones externas.

He visto en un viaje a San Antonio (Texas, USA) -en ocasión de un congreso- muñecas (dolls), que ya no podemos decir “de goma o inflables” porque son de un material de textura y temperatura similar a la piel, con bellas pelucas y rostros humanizados, que ofrecían vaginas húmedas, emitían sonidos y gemidos, ¡hasta las podían llevar en el asiento del auto como acompañante! De más está decir que costaban miles de dólares. Me hacían recordar un cuento de Charles Bukowsky  -“The fuck machine”- o el film de Pedro Olea “No es bueno que el hombre esté solo”.

Pueden utilizar material erótico para estimularse mutuamente: desde videos, fotos, vibradores, dildos y otras ayudas sexuales. La lencería erótica puede ser un buen estimulante al igual que Internet o libros clásicos sobre erotismo.

2) ¿Cuáles son los riesgos (si es que los hay)?

Julio, 20, EEUU
"Una vez por día me estoy masturbando, e incluso de cada 5 veces que me masturbo, en dos de estas me introduzco objetos como ser el palo de una escoba. Además ha sido siempre la manera de hacerlo desde mis 12 años. En conclusión quiero saber si esto está fuera de mi normalidad sexual y en qué me podría estar afectando mi sexualidad”.

Dr. Sapetti: usar falos u objetos que puedan lesionar la vagina o la mucosa anal, usados de manera intempestiva, violenta y sin lubricantes, suele ser un riesgo. Otro sería aceptar algo con lo cual no se está de acuerdo, por ello debería ser un acto consensuado. También contraer infecciones o parasitosis cuando se usan sin higienizar en distintas personas o cuando se realiza una penetración anal y luego una vaginal, salvo que se use un preservativo nuevo en un falo o dildo luego de haber estado en contacto con la flora bacteriana del recto.

3) ¿Está creciendo la demanda de vibradores y consoladores? ¿Hacen más consultas por este tema?

Dr. Sapetti: en efecto, la demanda está creciendo, debido sobre todo a una diferente visión socio-cultural. Existen ciertos valores que están cambiando, se está dejando de lado la visión machista del goce sexual, en el cual el varón era un sujeto insaciable y la mujer un sujeto pasivo que no disfrutaba. Hoy está ganando terreno una visión más igualitaria, en la cual se aceptan y contemplan las necesidades y deseos del sexo femenino. Y se valida socialmente la iniciativa femenina en el amor, es decir, la mujer gana un lugar consultando, investigando, e incluso exigiendo. Al mismo tiempo, estamos ante una mayor valoración social del bienestar personal, en el cual está incluido el goce pleno de la vida sexual.

El corolario de esto es mayor apertura y libertad en la elección de los juguetes, las parejas asisten a los locales juntos, deciden de a dos, la mujer toma un rol activo y hace mayores consultas sobre cuidados personales, y muchas veces piden orientación sobre cursos, técnicas, cuidados a seguir. Inclusive hay lugares donde sólo se atienden a mujeres, proporcionándoles asesoramiento, sugerencias, hasta con un criterio feminista.

4) Siempre se piensa que los “consoladores” los usan solamente las mujeres, pero: ¿qué pasa con los varones?

Dr. Sapetti: la realidad muestra que muchos varones homo y heterosexuales también los compran para ser penetrados. Esto ocurre con aquellos que les piden a sus parejas que usen el “consolador” o un falo artificial de plástico, siliconas, goma o incluso de cuero, o el arnés, para ser penetrados analmente.

En otros casos las mujeres compran los vibradores de estimulación del clítoris, con o sin introducción en zona vaginal. Desde la antigüedad se vienen describiendo usos de falos para la penetración anal y vaginal.

"La curación para tu impotencia, dijo la sacerdotisa al azorado Encolpio, es que te penetremos con un olisbos (falo) de cuero untado en aceite y pimienta, mientras te flagelamos con ramas de ortiga.
El joven huyó, para no volver, y se curó del mal que lo aquejaba.”    
 Petronio (poeta romano, siglo I)  en el “Satiricón”

Hay varones que incluso llegan a utilizar enemas como factor excitante, aplicadas generalmente por mujeres pagas (“escorts”, acompañantes sexuales, “gatos”) ya sea con la cánula o con la pera de goma. Cuando se vuelve una práctica excluyente, frecuente y recurrente hablamos de una variante de las parafilias que en este caso se llama “clismafilia”.

5) ¿Qué se puede sugerir a las futuras interesadas para que tengan en cuenta antes de salir de compras?

Dr. Sapetti: creo que, al igual que con otros productos, siempre es importante que se visiten lugares reconocidos, locales que privilegien la adecuada presentación de los productos y el cuidado de la salud de sus clientes. Incluso la consulta a un sexólogo, si fuera necesario.

La visita a un sex shop es también un momento íntimo, en el que es lícito dudar, y al tomar la decisión correspondiente la seguridad debe ser plena.

Bs. As., Argentina, 2006

Nota del editor: como lecturas complementarias se aconsejan los artículos Reglas de oro del sexo anal, El clítoris, El punto G, Zonas erógenas de los varones, Uso del lubricante en Sexología en www.sexovida.com