Andrógenos y sexualidad femenina (Parte II) | ||||||||||||||||
Dra. MarÃa Victoria Bertolino Depratti *(Este artÃculo ha sido publicado en la Revista de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, año 17 -Nro. 1 - octubre 2003) Médica especialista en GinecologÃa y Obstetricia. Master en Salud Reproductiva de la Universidad de Edimburgo. Miembro de la International Society for Sexual and Impotence Research. Ãrea de Disfunciones Sexuales, Hospital Durand, DÃaz Vélez 5044. BS. AS., Argentina. mbertolino@intramed.net.ar TERAPIA CON ANDRÓGENOS La terapia androgénica debe ser adecuadamente indicada y monitorizada en pacientes con deficiencia androgénica desde el punto de vista bioquÃmico y en aún en aquellas con sintomatologÃa clÃnica de deficiencia androgénica y dosaje androgénico en el lÃmite inferior de la normaildad. Para el tratamiento de la deficiencia androgénica en la mujer, no contamos con drogas aprobadas para el uso clÃnico en dicha indicación. Por lo tanto, toda terapéutica de reemplazo con adrógenos, debe realizarse dentro de protocolos de investigación. Las drogas a utilizar son las que se comercializan para el caso de varones, a saber testosterona y DHEA. Las formas farmacéuticas pueden ser comprimidos, inyecciones, parches , cremas o geles conteniendo testosterona. La metil-testosterona es la única forma que existe en comprimidos sin embargo su aplicación debe ser limitada debido a la toxicidad hepática, intolerancia gastrointestinales y a que el derivado metilado no es tan efectivo como la testosterona natural. Los preparados locales con testosterona pueden realizarse con propionato en una base de crema. Las inyecciones intramusculares de testosterona se han utilizado en mujeres para ésta y otras indicaciones a pesar de no haber estado destinadas a ello. Son preparados de depósito y por lo tanto los niveles permanecen en sangre varios dÃas luego de la inyección. Nuestro protocolo incluye una dosis de 25 mg /dÃa, es decir cuarta ampolla de 100 mg. Otros no aprobados aún para la comercialización para el tratamiento de disfunciones femeninas incluyen, el gel de testosterona al 1% (Androgel®), el parche (Androderm ®, los estudios en mujeres están en Fase2-3), los pellets que son implantes subdérmicos de testosterona (Testopel ® en Inglaterra y Australia). Como estos productos han sido desarrollados y estudiados para varones, hay que realizar estudios de Fase 2, 3 y 4 , es decir, seguridad, toxicidad, efectividad, farmacocinética, farmacodinamia, entre otros en mujeres. La posologÃa de la androgenoterapia debe estar adecuada a la androgenemia, clÃnica y efectos adversos, debiendo suspenderse en los casos que el médico lo considere y la paciente lo requiera. Los efectos adversos a la terapia androgénica son: acné, hirsutismo, clitoromegalia, retención hÃdrica y cambio lipÃdico hacia un perfil aterogénico. Si bien estos riesgos son bajos a las dosis mÃnimas recomendadas (25 mg de enantato de testosterona cada 3 semanas o 50 mg de DHEA/dÃa), los mismos no deben desestimarse. Una última consideración a este respecto la constituye el hecho de que el uso prolongado de la testosterona, podrÃa alterar los cambios vasculares a nivel genital en respuesta a la excitación sexual. Nosotros hemos observado una mejorÃa subjetiva de la paciente luego del tratamiento con andrógenos, en general hacia el tercer mes de DHEA y a los 15 dÃas de la inyección de testosterona, y una mejorÃa objetiva evidenciable por los Ãndices de función sexual y escalas de distress sexual. CONTROVERSIAS 1-El sÃndrome de deficiencia androgénica en la mujer, deberÃa sospecharse en los casos de pérdida de la libido, fatiga, y/o falta de motivación. Esta, constituye una definición poco precisa de situaciones que pueden ser concurrentes de otra serie de estados, como por ejemplo sÃndrome premenstrual, stress crónico, depresión, medicación con drogas psicoactivas, diabetes, hipertensión, coronariopatÃas, entre otras. 2- La curva de descenso androgénico, comienza aproximadamente a los 27 años de edad (Sulcova et al 1997). De allà en más, el descenso es gradual y, si bien los estudios son controvertidos, no tendrÃa relación con el estado menopáusico. 3-Un dato importante a considerar, es la asociación del descenso de andrógenos y el Ãndice de masa corporal (BMI). Por cada punto que aumenta el BMI, disminuye 3.8% puntos la concentración de DHEA. 4-Una cuarta consideración, es la correspondiente a la forma de circulación de las hormonas esteroideas en sangre. En un 98% de los casos, lo hacen unidas a proteÃnas, de éstas, el mayor porcentaje corresponde a la unión a la globulina ligadora de esteroides sexuales (GLAE o SHBG). En sólo un 2% de los casos, el esteroide sexual circula libre en sangre, y es ésta la hormona activa a nivel tisular. La importancia de este concepto radica en que todos aquellos factores que aumenten las proteÃnas transportadoras (GLAE y albúmina), disminuyen la hormona libre y por ende la acción del andrógeno. Estas circunstancias ocurren durante el embarazo, la terapia oral con estrógenos (terapia hormonal de reemplazo o anticoncepción oral combinada) y la terapia con hormonas tiroideas (levotiroxina). 5-Otra dificultad para el diagnóstico, lo constituyen los análisis bioquÃmicos de determinación androgénica, los cuales están calibrados para varones y estados hiperandrogénicos en las mujeres, perdiendo definición en el lÃmite inferior del rango normal. Se han propuesto diversos métodos para dosar andrógenos en sangre, pero el análisis de los mismos, supera el objetivo de este trabajo. Es importante recordar que la determinación hormonal debe incluir la hormona libre o en su defecto, el dosaje de la proteÃna transportadora. AsÃ, la identificación bioquÃmica del sÃndrome de deficiencia androgénica, deberÃa incluir: testosterona libre, DHEA-S, testosterona total y SHBG (GLAE). Con estos dos últimos parámetros, puede calcularse el Ãndice de andrógenos libre (FAI- free androgen index). 6-Los estudios clÃnicos y epidemiológicos, presentan la dificultad de controlar variables confundentes, por ejemplo, un modelo ideal de estudio en la disfunción sexual femenina de causa androgénica, serÃa la paciente ooforectomizada. Sin embargo, no es lo mismo una paciente con anexohisterectomÃa total para tratamiento de metrorragia o dolor que una paciente con anexohisterectomÃa total por una situación de cáncer . Tampoco es lo mismo una paciente ooforectomizada bilateralmente sin histerectomÃa que aquella con ooforectomÃa unilateral o con histerectomÃa subtotal. 7-Por último, con respecto a la terapia androgénica, John Bancroft del Kinsey Institute for Research in Sex, Gender and Reproduction de la Universidad de Indiana expuso muy claramente que a pesar de que la literatura señala a la testosterona como partÃcipe de los trastornos de deseo en la mujer, la evidencia es inconsistente y a veces contradictoria. Las razones para esto serÃan:
Anexo 1 La siguiente tabla, resumirÃa algunos de los conceptos expresados. Jelovsek (1998)
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